Rulo, Vesga, Yeray... y la Guardia Civil
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Faena de aliño de Raúl García en El Sardinero
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El Racing condena la falta de respeto al minuto de silencio en El Sardinero
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Raúl García: "Estoy satisfecho de seguir aportando al equipo"
Antes de partir hacia Santander, en la enfermería de Lezama, Valverde, luego de anestesiar a su pupilo con el alcohol de la 'Copa', le colocó a Susaeta los ojos que de sus cuencas le había arrancado en esa época que yo (por lo mucho que lo echo en falta) la situó en la noche de los tiempos.
Con 'Susa' de 'bandolero' por la derecha tradicionalista, Eraso caído a la izquierda, Elustondo trabajando al servicio de un Vesga imperial (les confieso que este chico es mi debilidad), y, sobre todo, con 'Rulo' García dando rienda a su condición de futbolista 'nómada', rompiendo las directrices de media punta 'sedentario' dictadas desde la jefatura del estado rojiblanco, se pudo ver, yo lo vi, se lo aseguro, a un Athletic que se gustaba practicando un juego combinatorio. Lo nunca visto. Equilibrio. Equipo compensado. Se me dirá que el rival era de 'bronce', que así cualquiera, que tocar y tocar en el Sardinero era tarea fácil. Pues no.
La presencía de Markel en su lugar primigenio. La elegancia de Mikel Vesga. La libertad absoluta de movimientos del 'sargento' García. La zurda de Saborit. El Athletic también la toca.
Luego del caos frente al Sassuolo. Tras el fiasco de Gran Canaria, los leones, en el Sardinero, se pusieron a bailar la rumba...
Arriba, arriba, arriba...arriba Susa ese balón, que Laporte la prepara, que Laporte la prepara...viene 'Rulo' y mete gol. Minuto 10. El Athletic cumplía con su cometido de anotar en campo ajeno. Con su cometido cumplió también cuando en el 22', Javi Cobo anotó luego de que el Racing desbaratara con dos hombres una defensa de cinco elementos. La pifia de rigor.
Lo asumible y asumido.
Diez minutos. La vida es eterna en diez minutos. Pero a mí se me pasaron volando. Como ese balón que 'Susa', tras apertura de Bóveda a su banda, le puso tocadito a 'Rulo' para que el navarro, de severo cabezazo, ejecutara a Raúl Domínguez, ex-portero de Sestao 'River', así como su entrenador, Angel Viadero, Odriozola de segundo apellido, reminiscencias vascas al otro lado de la 'frontera', Mikel Santamaria y Álvaro Peña se suman al exilio, pero no hubo rebelión, aunque sí un amago de 'golpe de estado', "Viva la Guardia Civil", un 'tonto a las tres', o tal vez un nostálgico de aquella entrada "Marxista" al Congreso de los Diputados encabezada por Tejero, el caso es que el eco de los Campos de Sport le devolvió parte de su grito: "¡Viva!...La memoria de los mártires de Medellín había sido mancillado.
Instalado el 1-2 en el luminoso, el Athletic pudo irse de dos, o de tres, pero la diosa Fortuna decretó que la suerte estaba echada.
En el segundo acto, el Racing de Viadero reculo, juntó líneas, prietas las filas, momento oportuno para que fuera atentado ese ripio con el que tanto disfrutan los escultos, ¡¡Puto vasco, puto vasco...eh, eh!!!
En ambiente tan festivo, Raúl García, más allá de los dos chicharros que superaban la sardina racinguista, dio una exhibición de fútbol total con esa libertad de la que disfruto para, así, poder ser creador en el centro del campo, interior por ambas bandas, media punta con llegada para ejercer de ariete y golear por partida doble.
Con la intención de que el Athletic no hiciera sangre, Viadero se puso la venda. Se metió en la Caverna con lo que ello conllevaba de perder la luz de la realidad.
Mikel Vesga venia alumbrando con luz propia, hasta llegar a deslumbrar.
Cuando Valverde activó a Yeray, desconocía que el zaguero de Barakaldo iba a ser protagonista de 'Tu cara me suena'. Y sucedió que, ubicado en el lateral de la defensa, Yeray empezó a transformarse hasta convertirse en una suerte de Guisasola que hubiera perdido peso hasta convertirse en un lateral muy solvente, posición que le viene al pelo, como anillo al dedo, dicen otros, quedemonos a la espera de lo que dictamine su entrenador, Ernesto Valverde.
'Rulo', Vesga, Yeray y la Guardia Civil. Puto vasco.
Nada nuevo en tierra cántabra en la que Revilla regala anchoas de Santoña, sobaos de los valles pasiegos, orujo de Potes y corbatas de Unquera. Pero también en la que el mausoleo de Carrero Blanco se levanta altivo en el paseo marítimo de Santoña.
Buen resultado. Juego aseado. Visto para sentencia. San Mames será esa tremenda sala de justicia en la que este reo que nos ha tocado en suerte sea condenado a muerte. Hasta el 22 de diciembre, a los muchachos de Viadero les tocara andar y andar, dando pasitos, por ese pasillo que llaman 'de la muerte'.
Por Luis María Pérez, Kuitxi, periodista y exfutbolista del CF Portugalete