Valverde y la Despedida Conjetural de Luis Enrique

Y una noche, en medio de la expectativa de la nada de una jornada de Liga entre semana, unas pocas, parcas, palabras de Luis Enrique, tras el triunfo por 6-1 del FC Barcelona ante el Sporting de Gijon: “Quiero acabar esta rueda de prensa de manera diferente: les anuncio que no seré entrenador del Barça la próxima temporada”.

El próximo 30 de junio quedarán atrás tres años como entrenador del segundo equipo más popular de España. Hasta entonces, el propio Luis Enrique augura tres meses apasionantes.  Sorprende y no la decisión del técnico del equipo culé. Sorprende por el timing, el sentido de la oportunidad. No sorprende porque llevamos unos meses escuchando hablar de sustitutos (sin ir más lejos, el entrenador del Athletic Club Ernesto Valverde ha sido candidateado), de enfados de ocasión con periodistas y de una plantilla plagada de divos del balompié cuyos contratos renovados por el mismo club, han casi apalancado el presupuesto para la primera plantilla del fútbol profesional culé.  Decía Jorge Luis Borges que un poema viene de algo anterior y se expande hacia algo que no se conoce; y en el medio, el poema.  Decía, también, que un poema no se termina, se abandona; que el poema lo abandona a una.  Esta despedida conjetural de Luis Enrique tiene algo de poético. Tenemos tres meses por delante para conjeturar en torno de aquello anterior, del abandono y de lo incierto. Tenemos una promesa apasionante por delante de esta renuncia casi anticipada.
Por Alejandra Herranz. Blogger argentina, athleticzale y periodista.  

@aleherranz

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