Kepa, llévanos ya al 20 de mayo, por favor

Ha sido una semana extraña, o triste más bien, lo ocurrido el jueves flotaba en el ambiente este domingo en San Mamés con el minuto de silencio por el fallecido ertzaina Inocencio Alonso, las flores en la explanada, la suma de sentimientos o el olor a pirotecnia, en este caso para nada festiva.

Pero en fin, al Athletic Club le tocaba centrarse en el fútbol, en la visita del colista Málaga que afrontaba con la expectativa de no poder fallar después de seis jornadas sin vencer. No se ha fallado, (2-1), pero de milagro, la Catedral harta de ver como se rezaba ante el colista de los colistas que estaba con 10, aferrados a Kepa Arrizazabalga, hizo oir los gritos de "¡Cuco vete ya!". La distancia del optimismo de sus ruedas de prensa al pesimismo de sus partidos es la de Fernando Esteso a Cary Grant.
Es increíble cómo ha cambiado el duelo de un tiempo a otro. De poder golear, con entradas por ambas bandas, la buena química de Beñat y San José, o el gol de Susaeta, a desaparercer del mapa, alucinar con algún relevo o poner dinero para otra renovación de Kepa, que hizo un paradón de antología en un penalti que ha podido condenar a Lekue a galeras.  En fin, que acabe este martirio pronto, a ver si el miércoles que llega también el Valencia (19:30 h) a Bilbao, se cogen los 34 puntos y se decia la vida a soñar con la Europa League. Por hacer algo, ehh, no por confianza.

Seis cambios respecto al Spartak 
La primera alegría de la afición vino porque Ziganda hizo retornar a Iñigo Córdoba al once titular, también porque vio a Aduriz sano, amén de dar la sala de máquinas a un 'viejo' tandem, Beñat y San José, lejos de sus días de gloria como dupla, pero que han sabido reivindicarse ahora que Mikel Rico está lesionado e Iturraspe sigue sin reencontrarse con aquel 'káiser' que fue. Los que partían de inicio lo hicieron con ganas, responsabilizados de lo que había en juego, atacando por una vez por ambas bandas... sí, también por la izquierda con los dos Iñigos.
Pero con un gol anotado en cuatro jornadas está claro que este equipo necesita más que ganas, en cuanto se apagó el candil los andaluces pasaron a desperezarse de la forma más impactacte, con el el 0-1 del cachas En-Nesyri tras hacerle la 'pirula' por la espalda a Iñigo Martínez. Un sopapo que, afortunadamente, se pudo levantar enseguida con una gran jugada 'clásica', por abajo, en la que De Marcos se la puso con precisión a Susaeta, hoy excelso, para colocar la igualada en el marcador con su segunda diana del curso.

A partir de ahí retornaba el dominio absoluto de los leones liderados hoy por Beñat, mientras Adrián debía retirarse por un choque con Aduriz, o Miguel Torres se la jugaba en un posible penalti sobre el ariete donostiarra teniendo amarilla. Hernández no lo vio punible. Y hubiera venido bien, porque pese al 70-30% de posesión al Athletic le costaba crear ocasiones claras, quitando un centrochut de De Marcos, una picadita del de Igorre a Adu o un libre directo de Beñat que se fue por los pelos.
Locura antes del descanso
Pero no crean, se hizo justicia. Mikel San José, por fin, se estrenó esta Liga anotando el 2-1 en el 43' en un complicado remate a centro de su 'cuate'; el imán que decía Ernesto Valverde había vuelto a San Mamés en un balón parado. Seguido Raúl además obligaba a hacer un paradón a Roberto tras jugadón de Susaeta, con lo que de una santa vez la Catedral echaba humo. El marcador, por merecimientos fue corto, el Málaga tuvo una y metió una, eso sí.

El Málaga, pese a su raquítica producción, quería defender su suerte por la vía de esquivar el protagonismo de Beñat. Volvió a buscar a En-Nesyri, quien en el aire va como un tiro, y a un Chory Castro que dio un pequeño susto en una contra. De hecho fue salir Rolan al césped y regresar la pesadilla de Lekue en la Rosaleda. Rosales le sacó un penalti y una amarilla, que acabó en paradón de Kepa. Qué mano y que gritos de 'Kepa, Kepa...', que sacaba otra con los pies a Rolan. Al final es hasta barato que diría Pep Guardiola sobre Laporte.
Temeroso del mal momento de su equipo Ziganda fue silbado al meter a Iturraspe por Córdoba. Quería que el trivote le atara un centro del campo perdido desde el minuto 45, pero la grada palpaba el temor, silbaba al árbitro, a Ziganda, al juego y a su vez animó a un Lekue que debía estar al borde del llanto cuando entró Saborit por él. La manía de ponerle de '3' le está matando como futbolista.

Aguantados tan solo por el portero de Ondarroa, arreciaban los gritos de "¡Cuco vete ya!", calmados antes de que Williams saltara en el 81', en una segunda parte nefasta, en la que fue recibida como un gol la expulsión de En-Nesyri por pidar a un Kepa que sirve para todo, para goles y echar delanteros. Fue lo más potable, así que el pitido final fue acompañado de música de viento. A pensar en el Valencia, con suerte esta semana se deja casi resuelta la permanencia.