El fin de ciclo en el Athletic ya es claro
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Quien nos iba a decir a los aficionados de nuestro Athletic Club que una efeméride como la del 8 de marzo, tan señalada por aquella eliminatoria de Europa League en Old Trafford se iba a convertir en una pesadilla 6 años después y un baño de realidad a la mediocridad, pero esta vez en territorio francés y frente al Olympique de Marsella.
Si la competición europea estaba sirviendo de ligero bálsamo en la trayectoria del equipo en esta temporada y con esperanzas depositadas por parte del grupo en hacer borrón a través de la misma con la mala dinámica en otras competiciones, viajamos a la Provenza francesa y sin salir del vestuario la eliminatoria se empieza a poner muy cuesta arriba. Errores individuales de concentración, falta de manija en la medular, escasa profundidad y nula progresión en el juego que favoreciese el acercarse al área rival con ciertas garantías y obligar a replegarse al equipo francés.
Se mantiene esa sensación de falta de patrón de juego y sobretodo, y desde mi punto de vista, deficiente rendimiento de jugadores que por un lado no están ni de lejos en sus mejores momentos conocidos y por otro, carecen de la experiencia y partidos suficientes en la “alta competición” (como diría Joaquín Caparrós...). Equipo desequilibrado, con carencias en todas sus líneas y sin encontrar en toda la temporada un centro del campo que haga de sala de máquinas con garantías para competir, construir y controlar los partidos. Algo que a estas alturas y para lo que queda de temporada poca solución veo y en lo que la maquinaria del club deberá estar ya trabajando de cara a la próxima temporada, porque esto… no solo se mejora cambiando al inquilino del banquillo que como siempre, ley del fútbol, es a quien se dirigen todos los focos. Lesiones, salidas, plantilla caduca en algunos casos, carente de calidad en otros y novel en las incorporaciones. Demasiado “toro” para los jóvenes recién llegados y por supuesto complicada tarea para Ziganda y su cuerpo técnico. Sigo convencido de que el fin de ciclo, que ya es claro sufre el club en lo deportivo y, como ya mencioné en algún otro artículo en ElDesmarque Bizkaia, tenía que haber sido tratado y acometido antes.
En lo deportivo este proyecto va de más a menos, paradójicamente una economía sobradamente saneada no garantiza que se pueda mantener el nivel competitivo del equipo, sin refuerzos que mejoren las salidas y, por otro lado, obligado a mantener dicho nivel para poder acceder a competiciones europeas que permitan seguir sufragando los sueldos de jugadores renovados en dicha “bonanza” económica. Esperemos que la entidad se centre en lo deportivo porque a corto es prioritario generar estabilidad en ese aspecto y nos acercamos peligrosamente a épocas electorales que pueden desviarnos del camino y llevo últimamente escuchadas demasiadas veces, y desde muy diferentes círculos, el término que tan malos recuerdos nos trae a los “athleticzales”… Bienio negro. Por todo ello la realidad es que el socio y aficionado cada vez se desengancha más de la Catedral y eso se nota… la parroquia es soberana y eso es un mensaje claro. Evidentemente si somos diferentes todos a remar, pero los que llevan el timón son los que tienen que “dirigir” el navío del Athletic a buen puerto. Orain ta beti Athletic!!!
Por Asier Elorriaga, entrenador del Otxarkoaga y comentarista de Radio Popular en 'La Emoción del Bacalao'