El espanto de Anoeta y la poesía de Lezama
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Tras el Real-Athletic de un Anoeta en obras al deseo intenso de que 'el que en las alturas hilvana' levante, así que sea quebrando la legalidad, ese cartel en el que tod@s l@s que somos devot@s de San Mamés y parroquian@s adict@s a las misas de la Catedral podamos leer "ATHLETIC: CERRADO POR DERRIBO". Cuatro arrobas en una sola frase. Compañeras lectoras, ¿se me permite escribir sin miedo a la represalia por no respetar la igualdad a la hora de aplicar el género como es debido? ¿Baietz? Ba… estimatuta dago; mila esker. Beraz, goazen harira.
Se me hace todo tan repetitivamente insoportable, que, luego de la enésima película de miedo, horror, terror, consciente de que vivimos en una pesadilla de la que nos es imposible salir, o de que la realidad, la cruda realidad, se convirtió en pesadilla desde que el señor de Ibaigane le concedió al bueno de José Ángel Ziganda la potestad de convertirse en el 'Guerrero de los Sueños'.
Sabedor, les decía, de que la vida del Athletic es pesadilla, y de que las pesadillas, pesadillas son, he optado por, cuando el miedo más aprieta en lo negro de la noche, pellizcarme hasta sentir dolor, para así, aunque continuando en lo onírico, abrir los ojos, incorporarme, botar aprovechando los muelles de la cama, dar un salto descomunal que me permita alcanzar uno de esos universos paralelos (para 'lelos', también, por qué no). Existir, existen. Eso dicen los que exploran el firmamento saltándose a la torera esas leyes que tanto incomodan, incumplimiento que, en este caso, no acarrea castigo, ni sanción, sentir que uno no pesa, que liviana pluma es, de aquí para allá, observándolo todo, abajo se dejó la Tierra y su condena, arriba se adivina el Cielo de Lezama, las 19:00 marca el reloj de arena de Gorka Knorr, tic-tac, tic-tac. Lealtad. Hermosa cualidad. Fidelidad. Ser leales a una causa aunque, como se dijo, "lo más terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida". Hemos alcanzado el cielo. El arco iris se ha resumido hasta condensarse en el blanco balcón al que uno se asoma para contemplar, como en palco de lujo, la recreación de ese milagro consistente en poder ver la expansión de las estrellas y los astros en tan solo noventa minutos, y ese recreo breve en el que el tiempo se regocija. Es el Athletic, el Athletic de los que aún atesoramos sueños; el Athletic soñado. Este Athletic que nos vuelve locos hasta perder el sentido. Que no los sentidos. Porque todos, los cinco, necesitamos a fin de sentir con intensidad a qué huele el fútbol cuando surge de la pureza, a qué sabe un pase cuando es prodigio, cómo de armoniosa suena una pared tirada con maestría, un túnel bien hecho, cómo se llega a llorar atacado por el 'síndrome de Stendhal', y, por fin, esas ganas locas de estirar las brazos por querer palparte, mi mano sobre la piel de tu pecho mojado por esa lluvia interior que te inunda luego de tanto pensar hasta la fatiga del esfuerzo que nos regalas.
Iñigo Vicente, no digan futbolista, digan "genio", no invención, ni siquiera creación, digan ‘Magia’, porque no hay trucos que valgan en tu manera de ser. Estás dentro del área. Pisas el balón y el tiempo se detiene. También los figurantes. Levantas la cabeza. Donde tus ojos, allá el balón, al segundo palo, donde cualquier intento del portero resultaría trabajo en vano, pobre Javier, se engaña diciéndose que "lo del 10 será el primero y el último", ignora que a Lezama ha venido a recibir lo suyo, un 'Porrón', porque escrito está en el libro de los apellidos, y en el de 'Todos los nombres' también. Se demoró el primero de la tarde-noche. En Portugalete, como en brindis, se está bebiendo en jarrilla. En Lezama, este Athletic tan 'cuco' no ha hecho sino empezarse a gustar. Del 'Porrón', el saliente grueso. Se empina el codo. Estos futbolistas se disponen a emborracharse bebiéndose de otros siete tragos su fútbol de dibujos animados... Festín. Banquete de tiranos. ¡Tan jóvenes y ya capaces de poner patas arriba el concierto universal! Marcará Óscar Gil el segundo. Pero habrá de ser el tercero, la 'messinada' de Asier Benito, su 'butragueñada', el que nos enseñe el camino del que se dirige hacia la gloria humillando al electrónico hasta obligarlo a iluminar el número 8. El Lealtad, poco, más bien nada de Villa...'viciosa'. Asturias, 'Paraíso Natural' que, allá donde la tierra y el mar a punto están de darse la mano, lo fiel, lo leal, viajarán hacia la eternidad junto a esa esperanza que se perderá en la nada cuando al partido le legue la hora de su partida. En puestos de playoff duerme el Bilbao Athletic. Cuando despierte de las ocho horas que el dicho popular le asigna al 'caminante', habrá que ver cómo de diligentes andarán Sporting, Real Sociedad y Racing de Santander en su afán de dar caza, o tenerlo a tiro, al Mirandés, ese del río Ebro que se hace fuerte en Anduva. Sea como fuere, el calendario, así en lo directo que está en sus manos, como en lo indirecto que descansa en manos ajenas, le es del todo benévolo a este Athletic que tanto nos divierte aunque su modo de obrar aparente ser tan serio. De tal modo que, si en Tajonar va a degüello y en la última jornada doblega al Tudelano, Lezama, en la postrera jornada, se convertirá en la lanzadera que al 'Segundo Cielo' nos trasladará, como el 28 de Junio de 2015, en el Ramón de Carranza ocurriera. Aquel último gol (1-1), Néstor Salinas y el calor de la tacita de plata. ¡Lo recuerdo! Y en el banquillo, primero, ahora en el verde, quién ...y Cuco Ziganda, guru, 'teacher', método infalible para devolver al Athletic, 19 años después, a la Segunda División, categoría que a Amorrortu le incomoda, le molesta, pecado capital es la envidia. Podría ser que, dos años después, no contento con haber manchado la trayectoria en Lezama del domador de cachorros del valle de Ultzama, José Mari, el que disputó de titular aquella final de la UEFA frente a la 'Juve', se hubiera encargado de poner trampas, ya de inicio, en la dura pendiente que debe escalar el que es esclavo del 'mito'. Si se callara el ruido… Pero el ruido no calla. Ruido de billetes falsos que se estampan en la piedra. Ruido de insultos, de amenazas, de blasfemias. Si se callara el ruido, podría la lluvia caer. Continúa, no calla el ruido, pero, así y todo, la lluvia comienza a caer limpiando Anoeta de espectros. No puede. Incapaz se muestra la lluvia, y eso que está más lejos del sirimiri que del aguacero. Cae la lluvia. Recia. Esto no es San Mamés. Aquí la lluvia no baila. Cumple su cometido de mojar el césped. Porque de lo otro se olvida. ¿O será que es incompetente? ¿O que lo de limpiar Anoeta de espectros no le incumbe porque, así como los 'alicates' que presumen de elegancia la engañaron con el rostro de un 'traidor', los aficionados de ese otro Athletic, del 'Athletic de los ausentes', no llenaron de chines la hucha de los Cielos? Espectros. Fantasmas. No se ven, pero se intuyen, e incluso se adivina su color, aquí rojo, ahí blanco, ¡en todo espacio y momento sonrojo! De la poesía de Lezama el tiempo retrocede violento al espanto de Anoeta. No haya paz. No haya descanso. No haya tregua hasta que el enemigo, simulando suicidio, caiga derrotado por entero luego de la balasera. O no puede, o no se atreve, o la mano le tiembla al que, aun sintiéndose poderoso y superior, busca en la tropa contraria una suerte de sicario, una especie de traidor. Sorteo frenético. Y como 'Sanjo' era el más desangelado, 'premiado' para el trabajo resultó, para el duro trabajo de disparar por dos veces a su propio portero, que no da crédito, que, como aquel pobre filipino en la cama letal, exclama incrédulo: ¿Uno del Athletic matando a otro de su mismo equipo?
No hay respuesta. Del mismo modo que no hay paz, ni descanso, no sé de tregua a los que a nuestra casa vienen liderados por el que, al mismo modo de Judas, por unas monedas nos traicionó: los billetes que a su paso le arrojamos no son sino las vueltas que, por la mucha prisa que se dio a la hora de la fuga, en la que fuera su casa se le olvidó coger. Once futbolistas. Otros tantos espectros que la lluvia no podrá limpiar. Como bien guiados los 'txuriurdinak', como sin rumbo los 'zurigorriak'. Sabedores los unos, desconocedores del juego los otros, como si, los que se dio en llamar 'visitantes' no supieran de qué va esto de una pelota que, por no pertenecer sino al árbitro, al no ser de nadie, está continuamente en disputa. En una sucesión de disputas, y no en otra cosa rara, ni tan siquiera diferente, consiste el partido. Este 'Athletic de mentirijillas', del horror, del espanto, del engaño, de la desidia al borde del mar, y, hasta este extremo se ha llegado, ¡DE LA PROVOCACIÓN!, que no por no intencionado un acto pierde éste ni un ápice de gravedad: el que desconoce la ley (del fútbol) no está eximido de castigo cuando por lo que sea, que-sé-yo-que-no-sé-nada, pero que estoy viendo cómo la vida se me va en cada intento de re-ca-pi-tu-lar partidos que se suceden como en una lluvia de flechas que no cesa, ni amaina, el mar queda cerca, galerna, temporal. A mal tiempo, ¡MALA CARA! Si supieran los que ya no son sino espectros en Anoeta del daño que están infligiendo a su gente. Pero, claro, de los medios, tele, radio, prensa, redes sociales cuando la red es virtual y no malla que recogió tres goles, dos obra de San José porque la ikurriña del bueno de Jose Iragorri "no sabía lo que hacía", uno de Oiarzabal porque, por enésima vez, Iñigo Lekue, prevaricando, y de libro, dejó al de Eibar solo en su incursión en el área luego de ser su sombra en larga carrera.
De los medios de comunicación se hablaba, de esos que Ziganda no lee porque "no me quiero descentrar. El Desmarque Bizkaia está entre ellos, y a la cabeza, liderando, porque el Athletic, a pesar de tanto desmán y desvarío, le sigue importando. Ahí tienen a Asís Martín. Es terminar el partido de Anoeta y en un poquito más de lo que canta un gallo... "ACABAD YA CON ESTE SONROJO", titula su crónica, imperativo se muestra en esta ocasión, o quizás sea ruego lo suyo, petición, bonhomía en estado puro lo que destila un texto que, por el bien de tantos, por el bien de todos, debería ser leído en el vestuario de Lezama, primer entrenamiento luego de la tropelía de Anoeta, por los 'espectros', que fantasmas no dejaron nunca de ser a pesar de la lluvia, de esa lluvia que, "si se callara el ruido, podría la lluvia caer, limpiando Anoeta de espectros".
¡Ay, qué distancia tan brutal, qué mundos tan separados, entre EL ESPANTO DE ANOETA Y LA POESÍA DE LEZAMA. Tendría que llegar la noche para que, envuelto en el 'Efecto Miribilla', Kerman Lejarraga hiciera del Athletic (de ese Athletic por el que Jon Rahm sería capaz de regalar un trofeo suyo a cambio de un título importante de los leones) el vigente 'Campeón de Europa'. Post-Scriptum: Acabada la batalla, muerto uno de los dos combatientes, el cronista, buscando consuelo, va y lo encuentra reparando en los soldados de la tropa que dirigía 'un Alguacil'. Moyá (Atlético de Madrid); Raúl Navas (sevillano, Valladolid, Eibar); Llorente (otra perla de la Casa Blanca que les salió un pico); De la Bella (que no de la de Easo, sino de la de Gramanet); Canales (Racing, Real Madrid, Valencia; Januzaj (belga comprado al Sunderland; William José (de Las Palmas llegó , y no por un 'ramo' de plátanos).
Avisado, alguien me dijo que este apunte final sobraba en ésta CONTRACONICA. Son siete del once inicial, oiga usted, que alineó Alguacil para hacer frente al Athletic. ¿Será porque Zubieta, a día de hoy, tan sólo confía en cuatro jugadores vascos: Elustondo, Zurutuza, Illarramendi y Oiarzabal? Yo diría que sí. De lo contrario…
Por Luis María Pérez, 'Kuitxi', exfutbolista y periodista