Lo que pudo ser un fiestón y no fue
Alguno ya ni se acordaba de ver a los leones de visitantes. El Athletic Club de Bilbao ha jugado (a 37 grados) su primer partido a domicilio en esta edición de LaLiga Santander, después de más de 130 días sin un choque oficial lejos del Botxo. Con tres jornadas seguidas disputadas en San Mamés, los leones viajaron al Benito Villamarín con la intención empezar a sumar fuera de casa, así como de mejorar sus prestaciones como visitantes de las eras Valverde y Ziganda.
Pues parecía todo encarrilado, llovían elogios pero no ha habido suerte, ya que el Real Betis ha empatado el partido (2-2), igualando los goles de Iñaki Williams y Raúl García. La absurda expulsión de Markel Susaeta echó por la borda esos dos goles de ventaja tras un inicio del primer tiempo primoroso. Al final la alegría fue no perder.
Alineación revolucionaria
Berizzo sorprendía con un once que compartían Balenziaga (debut) y Yuri Berchiche (adelantado), predominio absoluto del físico y el cemento armado, para plantear pelea y agotar quitándole el balón a un rival 'tocón' que venía de jugar el jueves en Europa.
No pudo empezar mejor la cosa con un gol de Williams (siempre fuera) tras un paradón de Pau López a Raúl García, asistente por cierto del tanto. La presión vasca ahogaba a un Betis que no pasaba ni de medio campo ante el mosqueo de su gente.
En plena apoteósis Rulo, esta vez sí, la enchufaba desde la larga distancia tras un buen robo poniendo el 0-2 en el marcador. Nacieron los silbidos. El Athletic había soltado 25 minutos para enmarcar, si bien de ahí al descanso entre los goles y el calor se dedicó a echarse atrás sin pasar apuros...
Al menos hasta que Susaeta se fue a la calle en el 45'. Lamentables sus dos amarillas, fue expulsado con justicia. Tras ir con una doble ventaja su niñería obligaba a cambiar el discurso, encima, con un calor asfixiante. Flaco favor de un veterano con tantos galones.
Una segunda parte con diez
Al descanso 'Rulo' pasaba el centro del campo dejando a Iñaki de llanero solitario. Comenzaba un largo ejercicio de supervivencia. No iba a estar fácil, en el 50' Bartra recortaba distancias con un chutazo en el que Unai Simón puso una mano tan torpe como deshinchada. El 1-2, con seis amarillas recibidas y un hombre menos olía fatal.
Capa entraba para reforzar a un Athletic tembloroso. Alargaba al equipo, que estaba 'aculado' atrás, pero no era suficiente para reactivarlo, Canales, que recibía totalmente solo, empataba a dos en el 68' con un tiro cruzado. Los cánticos de la grada asemejaban cantos fúnebres.
El meta alavés, que sacó una buena mano a Loren, veía venir rivales como aviones sobre su marco. El 'Toto' reaccionaba quitando a Beñat (ovación de gala) para meter a San José, y más tarde a un muerto Williams para insertar en el césped a Iker Muniain.
'Bart' entraba en el 81' con idea de retener algo la pelota, pero los de Setién ya jugaban cuesta abajo, como una mesa de billar con caída. Toni Sanabria, a pase de Joaquín, nos perdonaba la vida de cabeza en el 85' porque el gol parecía cantado.
Dos partidos en uno, con un recital de tarjetas de Estrada Fernández, y la esperanza de que el miércoles ante el Villarreal y el sábado ante el Barça se vea la versión del primer tiempo o la del Real Madrid.