Ibai Gómez en la distancia
Septiembre es para esta columnista sinónimo de vacaciones anuales. Por eso la ausencia de posts en este mes.
Pero esta columnista ya está próxima a reincorporarse a tiempo completo, por lo que la asiduidad será más frecuente a partir de octubre próximo.
Hecha esta salvedad, recojo el reto lanzado desde ElDesmarque: “¿Traerías a Ibai Gómez de vuelta al Athletic?” Me gustaría responder a tamaña pregunta con toda honestidad.
En aquel primer descarte de Ernesto Valverde, Ibai Gómez quedó en la lista de jugadores que debían buscarse otro club. La excusa fue que no tenía cabida y que padecía lesiones musculares a menudo. Tonterías: su salida fue un coste de oportunidad; porque la salida de Ibai implicó que otro jugador se quedara en la plantilla –abro el espacio para conjeturar nombres.
Con Ibai también partió un jugador que hace piña de la buena en el vestuario, que chuta muy bien los tiros libres, que es capaz de jugar para sus compañeros, que ejecuta muy bien los tiros de esquina y que siempre dignifica el banquillo y los entrenamientos, ese fútbol que no se ve.
Oportunamente no estuve de acuerdo con el descarte. Acaso porque tengo una debilidad especial y un gran respeto por Ibai. Pero yo no soy la entrenadora del Athletic Club y me tocó acatar, muy a mi pesar, la decisión del entonces entrenador athleticzale.
Ibai recaló en otro club vasco: el Deportivo Alavés, donde dio –y aún da– muestras de su calidad y de su liderazgo.
Yo sí lo traería de regreso a Ibai. Porque él es más que un jugador. Es entrenador de equipos alevines y juveniles. Es un enamorado del fútbol y del Athletic. Es un jugador que construye juego y equipo. Y porque lo adoro.
En los tiempos athelticzales del Loco Bielsa, Ibai se hizo mejor, como muchos de sus entonces compañeros. Bielsa le otorgó responsabilidad en el campo y en el juego: sacar las faltas directas y las indirectas, también los saques de esquina. Pero Ibai fue a más y dio asistencias y marcó goles.
Miradlo hoy en el Alavés. Armando juego, poniendo presencia en el campo, haciendo piña en el vestuario, disfrutando del fútbol. Como hacía en el Athletic cuando tenía continuidad.
¿Cómo no voy a querer traerlo?
Alejandra Herranz, periodista y blogger
@aleherranz