Urrutia cierra 2 mandatos de éxito económico y deportivo hasta el año pasado
Ramón Orosa
Bilbao, 7 nov .- Josu Urrutia puso este miércoles fecha a su marcha de la presidencia en el Athletic, el próximo 27 de diciembre, día para el que ha convocado elecciones, cerrando así siete años y medio de incuestionable éxito económico, y también deportivo hasta la decepcionante campaña pasada y la actual, que hasta el momento va por el mismo camino.
A pesar de que el Athletic ha vivido con él el mejor momento económico de su historia y la mejor etapa en lo deportivo desde los títulos de los años 80 del siglo pasado, Urrutia, al que avaló en su llegada el hecho de haber sido jugador y capitán del primer equipo rojiblanco, no ha llegado a calar entre la afición bilbaína.
Han sido varias las veces durante sus dos mandatos en las que se han escuchado en San Mamés gritos de "Urrutia, kanpora (Urrutia, fuera)". Algo difícil de entender y de argumentar tratándose de un presidente que ya en su primera temporada, la 2011-2012, alcanzó dos finales. Un hecho desconocido en la entidad desde 1977, cuando el conjunto vasco también alcanzó la final de la Copa del Rey y la de la Copa de la UEFA, ahora Liga Europa.
Pero no se quedaron ahí los buenos resultados de la era Urrutia, en la que el Athletic sumó su primer título desde 1984, la Supercopa que le ganó a Barcelona que buscaba el 'sextete' en 2015; alcanzó otra final de Copa, también en 2015, y vivió casi permanentemente en Europa. Un año incluso en la Liga de Campeones, algo que no pasaba tampoco desde el curso 1997-1998.
En siete temporada completas, el Athletic se clasificó para competiciones europeas en cinco. En la primera de las dos de Marcelo Bielsa como entrenador y en las cuatro de su excompañero y "amigo" Ernesto Valverde.
Precisamente ese punto, el de los entrenadores (Bielsa y Valverde son dos de los más considerados del mundo), es uno de los méritos incuestionables de Urrutia. Aunque con José Ángel Ziganda la temporada pasada y Eduardo Berizzo en lo que va de esta las cosas han cambiado.
En lo más cercano, el Athletic completó una más que decepcionante temporada 2017-2018 y ha iniciado ésta de 2018-2019 por el mismo camino.
En cuanto a lo económico, los números son aplastantes y las siete asambleas anuales que ha vivido siempre los refrendaron con un en torno a un 80 por ciento de apoyo.
Como dato que ilustra la gestión económica de Urrutia está el de que el contador, Alberto Uribe-Echevarria, cifró en 274 millones de euros el dinero con el que cuenta actualmente el club.
Esa cifra es, sin duda, consecuencia de la enorme subida de los ingresos por televisión. Pero también por las cantidades recibidas por los jugadores que se marcharon.
La decisión de no negociar traspasos de futbolistas que el club deseaba que siguieran, exigiendo que el jugador manifieste su deseo de irse y el importe total de la cláusula de rescisión, ha reportado al Athletic más de 220 millones de euros (Javi Martínes, 40; Ander Herrera, 36; Aymeric Laporte, 65; y Kepa Arrizabalaga, 80).
Precisamente con algunos jugadores ha vivido Urrutia algunos de los momentos que más le han disgustado en su estancia en el sillón de Ibaigane. Como cuando Fernando Llorente le hizo llegar su decisión de no renovar, algo que acaba de volver a pasar con el más joven y todavía menos acreditado Alex Remito.
O cuando a Fernando Amorebieta le retiró la oferta que le había hecho en primera instancia en unas negociaciones hasta entonces sin acuerdo entre ambas partes.
También tuvo que apechugar Urrutia con Marcelo Bielsa y su carácter volcánico, que explotó con las obras de acondicionamiento de las Instalaciones de Lezama que al técnico de Rosario no le parecieron adecuadas a lo que él quería ni en tiempo ni en forma. Fue el detonante de una relación ya desgastada en el que fue solo su primer año como presidente.
Pequeñas polémicas durante los últimos años que a Urrutia no han gustado por, a su entender, desenfocar la valoración sobre su gestión, han salpicado un lustro y medio en el que el presidente ya saliente dejó claro cual es su manera de entender un Athletic que a su juicio debe ser "la máxima aspiración" para quien sienta sus colores. No en vano lo considera "el mejor equipo del mundo".
Esa manera de entender el club, y de reafirmarse en ello hasta sus máximas consecuencias, hasta no hace mucho casi una obviedad en Bilbao, es quizás el mayor legado que deja a los siguientes.