La montaña rusa rojiblanca
Menuda temporada de vértigo hemos sufrido los socios y aficionados del Athletic Club con final de sabor agridulce por la no clasificación europea cuando lo teníamos todo a favor. No pudo ser, tras un tramo final de liga bastante descorazonador, donde los zurigorris dilapidaron toda la ventaja que tan brillantemente habían acumulado en el periodo Garitano.
Pero volviendo la vista atrás, todos hubiéramos firmado en diciembre llegar a la última jornada sextos y con claras posibilidades de posición europea. Porque no nos engañemos, hemos jugado con fuego, al borde del precipicio del descenso durante un tramo importante de la temporada. La apuesta fallida de Berizzo, en quien muchos confiábamos que diera aire nuevo a este equipo, lastró sobremanera y obligó a su sucesor a lograr una autentica machada en puntos.
Un triste bagaje de 11 puntos fue la losa que enterró al argentino, a quien le falló la plantilla y la suerte, con 1 sola victoria y demasiados empates por medio, algunos de ellos injustos e increíbles, como el del Huesca en San Mamés o el del Betis en Sevilla tras la expulsión de Susaeta con 0-2. Hundidos en la clasificación, el de Rosario fue cesado justo antes del periodo electoral.
El lastre de las elecciones
Precisamente, creo que uno de los grandes factores de desestabilización sufridos ha sido la convocatoria de elecciones en medio de la temporada por el ex presidente Urrutia, quien intentando jugar con los tiempos para favorecer una sucesión dirigida en las manos de Alberto Uribe Echevarria, se encontró con el hastío y las ganas de cambio de la mayoría de la masa social, la cual votó por sorpresa a Aitor Elizegi, quien se proclamó como el trigésimo segundo presidente del club, con un ajustadísimo margen de 85 votos.
Sin tiempo a nada, con la nave en manos de Gaizka Garitano, comienza una remontada histórica desde el descenso, con un planteamiento mucho más pragmático que el rosarino, pero que encajaba bastante mejor en la plantilla actual del Athletic. Con brillantez se superó a distintos rivales en San Mamés, que se convirtió en un fortín.
Fuera de casa, el equipo mostraba otra cara, como un rival muy duro, que apenas concedía nada, y sin encajar goles, fue encarando posiciones. Y así llegó el derbi en Anoeta, donde vimos la primera pájara de los rojiblancos, quienes no estuvieron a la altura.
El equipo cogió aire y paso a paso, empezó a mirar para arriba, pero con mentalidad de equipo en apuros y de corto recorrido, partido a partido. Y fue dando resultado.
Algunas piedras interesadas, a saber por quién, comienzan a surgir en los meses primaverales, acrecentados por la situación de Markel Susaeta, jugador histórico con record de partidos, quien rechazó la renovación ofrecida por la junta de Elizegi y la salida de Iturraspe y Mikel Rico. Honores para los tres, cada uno en sus distintas circunstancias. Rendimiento decreciente, mentalidad insuficiente y final de carrera, para cada uno de ellos. En mi opinión, demasiada resaca electoral en apenas cuatro meses, y apremio por tomar decisiones en apenas 4 meses que corresponden a toda una temporada.
Decepción final
Y llegó al tramo final de temporada con una magnifica situación para abordar un nuevo objetivo que parecía inabordable: la Europa League. Pero tras una desconexión deplorable en varios partidos (Valladolid, Alavés triunfo ante Leganés,…) nos plantamos en Sevilla en la última jornada con la necesidad de puntuar ante un rival al que el empate le valía. La ley del fútbol marcaba un 0-0 con evidencia, pero ni siquiera eso fueron capaces los leones de San Mamés. Una derrota que dejó un malísimo sabor de boca en muchos socios y aficionados. Hubiera sido un broche fantástico a esta montaña rusa de sensaciones encontradas, pero no pudo ser.
La decepción de la parroquia fue mayúscula, salvando de esa mediocridad a Raúl García, Iñigo Martinez, Yuri Berchiche y Ander Capa. Curiosamente, todos venidos de fuera de Lezama. Curiosa reflexión. ¿falta hambre? ¿Ambición? ¿Carácter? Muchas dudas con algunos jugadores y muchas incertidumbres a la hora de mirar fuera.
El trabajo de Gaizka Garitano y Patxi Ferreira ha sido encomiable, cogiendo a un equipo casi desahuciado, un reto mayúsculo, que han cumplido con nota y se han ganado una merecida renovación. Quizá quede un pequeño poso amargo en el tramo final, donde menos presión tenían y menos cómodos se les ha visto en el banquillo. No ha habido apuestas por ningún joven cachorro como revulsivo y apenas ha buscado variaciones tácticas en su fondo de plantilla. Pero tiene crédito para la próxima temporada, donde esperemos le acompañe la suerte y el acierto.
¿Y ahora qué?
Pues ahora toma una profunda renovación de la institución, tanto en la plantilla del primer equipo como en el vivero de Lezama.
En el caso de la plantilla profesional, se ha dado el primer paso: abrir huecos en un plantel excesivamente largo pero poco amplio. Demasiados jugadores sin peso específico, ni especialistas en su puesto. Muchos de ellos con muchos kilómetros en las piernas. Algunas excepciones muy honrosas, como Raúl García, capitán in pectore del club, y la renovación de D20S Aduriz, quien quiere despedirse a lo grande, sobre el césped y rindiendo. Ojalá sea verdad. Pero se vislumbran alguna salida más.
A falta de nuevos fichajes externos, el club mira a Lezama y seis cachorros están en la parrilla de salida: Gaizka Larrazabal, Oihan Sancet, Dani Vivian, Hodei Oleaga, Iñigo Vicente y Asier Villalibre. Ilusión no les falta. Esperemos que aporten el hambre que necesita la plantilla.
¿Y fichajes?
Complicado, sin duda. La no clasificación europea pesa en los ingresos y en los objetivos a la hora de fichar. Los objetivos soñados aspiran a salarios inalcanzables y no se moverán de sus clubes, a la espera del dinero de los clubes de máximo nivel. Habrá que mirar en potenciales refuerzos de la clase media en posiciones necesitadas.
Hubiera sido todo mucho más fácil estando en Europa, con un escaparate envidiable pero no ha sido así. Sería bueno que alguien del club se lo explicara a la primera plantilla. Las repercusiones en el club son grandes, a nivel de atractivo hacia miradas exteriores, como a nivel económico. No es dramático, pero sí importante. Así lo percibo yo.
También se avecinan cambios en Lezama. Quizá no tantos como quieren hacer ver algunos, pero sí importantes, sobre todo en las plantillas semi profesionales, con Joseba Etxeberria al frente del Bilbao Athletic. Se pone en marcha un nuevo ciclo bajo las órdenes de Rafa Alkorta y Andoni Ayarza. Podrán gustar o no sus decisiones, pero ahora ya tienen nombre y apellidos, y sobre todo, responsables, cosa que no pasaba hace años en el club. Serán sus aciertos y sus fracasos, esperemos que sean los menos. Mucha suerte, porque la van a necesitar.
Esperemos que la montaña rusa de esta temporada se convierta en un cohete que nos lleve directos a Europa, objetivo ineludible en este club.
¡Aupa Athletic!
Por Borja Conde, socio del Athletic Club y contertulio de Telebilbao