Oye, Yeray... ¿y la Champions "pa" cuándo?
Yeray Alvarez, normalmente apocado, discreto y racional en sus apariciones públicas ha puesto bien alto el listón de las aspiraciones del Athletic Club para esta temporada: "nuestro objetivo es entrar entre los seis primeros, sin descartar la Champions". "¿Dónde hay que firmar?", añado yo. Después de dos derrotas consecutivas se agradece el discurso ambicioso, pero sorprende un poco el arrebato, mas por las dudas generadas en relación al juego de los de Gaizka Garitano que por la clasificación actual del equipo pasadas las ocho primeras jornadas.
Normalmente los deportistas no se suelen mojar demasiado en esto de concretar tanto ni tan pronto sus aspiraciones, y suele ser por lógica prudencia o por no pillarse los dedos. Yeray pone el foco en Europa y esos puestos honrosos que ademas de prestigiar a los futbolistas e ilusionar a la afición proporcionan un goloso retorno a la tesorería. Estupendo, oiga. Siendo el del Athletic el séptimo presupuesto de la Liga, aspirar a la Europa League debería ser, efectivamente, de obligado cumplimiento para los leones.
Hace bien Yeray en insistir en que ese debe ser el reto: no nos olvidemos que el magro del gasto de Ibaigane, 84 millones de euros anuales, se destina a las minutas de los jugadores. Qué menos que ellos traten de justificar la inversión con la mejor clasificación posible.
En la última participación rojiblanca en el torneo, pese a caer en octavos a manos del Olimpique, el club ingresó por esta partida, 11 millones. Ya si ponemos el foco en esa Champions que mira de reojo Yeray, hace cuatro lejanos años los rojiblancos disputaron su último partido con la crème continental.
Cayeron dignamente frente al Oporto, entonces con Ernesto Valverde en el banquillo. Llegaron hasta la fase de grupos pero asegurándose un nada despreciable bote, un ingreso de 23.4 millones. Pero volvamos a las palabras de Yeray. Champions is possible? May be. Tener un objetivo específico ayuda a mantenerse lejos de las distracciones. Pero los objetivos tienen que focalizarse, ser retadores pero realizables, ambiciosos pero realistas.
Mejorar siempre es motivador y un buen deportista tiene que aspirar a dar lo máximo que permita su capacidad real de rendimiento. Diría más. Aunque suene populista y sepamos lo inflaccionado que está el vestuario a nivel salarial, a esta plantilla tenemos que exigirle rendir a la altura de sus emolumentos. Reclamar solo resultados quizá no, porque entran en juego otras variables, pero trabajar duro y vaciarse en cada partido, sí.
La implicación absoluta es la clave para elevar el listón. Eso no es negociable. Así que vuelvo a preguntarme, ¿podemos soñar con la Champions como dice Yeray? El desafío es tremendamente complicado y vistas las prestaciones actuales del equipo es mejor poner los pies en la tierra y esperar a la marcha de la temporada para volver a enfocar el reto.
Porque ojo, si luego quedamos demasiado lejos del objetivo habrá que saber gestionar la frustración generada dentro del vestuario y en la propia grada, donde hay mucha mas exigencia de lo que pensamos.
El futuro, también en el caso del Athletic, está por escribir. ¿Y la Champions, "pa" cuando? insisto. Empecemos el camino recuperando la senda de la victoria frente al Real Valladolid. Éste sí tiene definido su objetivo. Salvar la categoría.
Por Angel López Sesma, director de Onda Vasca