El héroe colectivo se va organizando; lento, pero va
Parece que el héroe colectivo se va organizando; lento, pero va. Ayer a las 20 horas se programó, vía redes sociales, un aplauso colectivo para nuestros sanitarios y sanitarias que están trabajando intensamente en estas circunstancias excepcionales. Por mi parte, yo añadiría un sentido aplauso para las personas que conducen camiones y también al personal de las farmacias, los supermercados y las fuerzas de seguridad, porque gracias a todos ellos estamos abastecidos de los productos de primera necesidad y de los medicamentos. Reitero los sentidos y calurosos aplausos para ellos y ellas.
Ayer tuve un lindo gesto de mi amiga Cynthia Flores Mora, que vive en Costa Rica. Su hija mayor, Lucía, está haciendo un postgrado en Madrid y trabajando. Como soy una persona dentro del grupo de riesgo (tengo una enfermedad crónica), Lucía ofreció a su mamá que, si yo necesitaba algo, que no dudara en ponerme en contacto con ella. Un gesto muy noble, que retribuí ayer mismo, para que sea recíproco. Acaso esto sea lo mejor de la globalización.
Hablé con mis papis y con mi amigo Edu. ¡Para eso tengo teléfono fijo! Todos ellos están bien. Edu en Madrid y mis papis en La Plata. Son muchos, además, los contactos preguntando cómo estoy, cómo me arreglo… La respuesta es: mi gata y yo estamos bien y tenemos materialmente cuanto necesitamos.
Por la tarde me dediqué a leer: ¡Este rodaje es la guerra!, de Juan Tejero; anécdotas de rodajes conflictivos o gafados de películas célebres. Ayer le tocó el turno a “La Reina de África” y a “De aquí a la eternidad”. La primera rodada en el Congo francés (entonces, 1951), entre insectos desconocidos y enfermedades lejanas para estos urbanitas de John Huston, Humphrey Bogart y Katherine Herpbrun, quien llevó un diario de rodaje. Huston estaba obsesionado con irse de safari y cazar un elefante. Él y su compañero de codo empinado, Bogart, fueron los únicos que no se contagiaron dolencias extrañas por su alto nivel de alcohol en sangre y cuerpo.
“Para las personas en cuarentena, puede ser útil tratar de verlo como un periodo de tiempo diferente en sus vidas y no necesariamente negativo, a pesar de que no lo eligieron”
En “De aquí a la eternidad”, pude evocar anécdotas de cuando leí Ava Gardner en su propia voz, las memorias de este bellezón de actriz. Corrían los años 50 y Gardner estaba casada con un Frank Sinatra en horas bajas y deprimido por la falta de aplausos y focos. Fue entonces que ella lo animó a pelear por el papel del soldado Maggio en esa película, si bien ella movió sus influencias en el estudio responsable, porque sabía de la necesidad de su esposo quien, finalmente, logró el papel y, también, el Oscar. Me resultó curioso ver cómo entonces operaba la censura en Hollywood y cómo el Ejército estadounidense influyó en las condiciones del rodaje y en la línea argumental.
Después continúe viendo capítulos de la telenovela argentina “Los ricos no piden permiso”, que es de 2016. Como no tengo televisión, veo muchas pelis, series, culebrones y documentales en la plataforma YouTube. Me río mucho con las obviedades argumentales y a veces con algunas actuaciones, especialmente cuando tienen que llorar… Y no les sale tan natural.
Y esta mañana, peiné a mi gata, quien se dignó a despertarme a las 6 de la mañana para pedirme un “qué-hay-de-lo-mío”. Hube de levantarme y darle una pequeña porción de su pienso y volver a dormir hasta las 9 de la mañana. Desayuné liviano con Litto Nebbia y Silvina Garré entonando canciones de Tom Jobim.
Por último, las noticias sobre el Covid-19 en plena cuarentena personal y colectiva
Finalmente, el Gobierno español, (por primera vez de coalición en la historia democrática del país desde 1978), puso al país todo en cuarentena por la crisis del coronavirus vía decreto de necesidad y urgencia; de hecho, el Ejecutivo concentra plenos poderes sobre la Sanidad pública, por tratarse de un estado de alarma. Ya hay más de 192 muertos y más de 6.400 personas contagiadas. Ayer mismo cerraron todos los parques y plazas.
En España hay unos 8 millones de personas mayores, acaso el colectivo más vulnerable ante una crisis sanitaria emergente de esta naturaleza. Según el titular del periódico El País, estas personas están solas, aisladas y con miedo. En mi edificio, el conserje de los fines de semana (Gustavo, hispanoargentino) tocó las puertas de los pisos de las personas mayores del bloque para ofrecerles ir al supermercado y así evitarles la salida.
Mientras tanto, la Unión Europea prepara el cierre de su frontera exterior para evitar el colapso el espacio Schengen (de libre circulación entre los ciudadanos y las ciudadanas de la UE).
La cuarentena obliga a un cambio en los comportamientos de cada quien y de todos juntos. En el plano individual, puede sobrevenir una cierta ansiedad, temores varios, estrés, ira… Desde que la pandemia coronavirósica se desatara en China continental, más de 50 millones de personas en el mundo han debido permanecer en cuarentena.
“Para las personas en cuarentena, puede ser útil tratar de verlo como un periodo de tiempo diferente en sus vidas y no necesariamente negativo, a pesar de que no lo eligieron”, explicó a BBC Mundo Jolie Goodman, de la Fundación de Salud Mental del Reino Unido. “Cuarentena significa un ritmo de vida diferente, una oportunidad de estar en contacto con los demás de formas diferentes a las habituales y, si vives con otros, la oportunidad de jugar un poco y disfrutar de la compañía del otro”, añadió.
Las redes sociales y las comunicaciones ayudan a paliar este aislamiento relativo y excepcional, no elegido. A usarlas.