El Portugalete de Santana da el golpe en Laredo
No era 'un partido'. Era 'el partido'. Fresco en la memoria jarrillera aquella mañana loca. Demencial. El Laredo de Manu Calleja se llevaba los tres puntos de La Florida sin necesidad de doblegar a su rival. Aquel disparo desde la larga distancia que se coló por la escuadra derecha que defendía Mediavilla. Antes, el penalti desperdiciado por Salado.
Después, esa otra pena máxima echada a perder por intuir el meta del 'Charles' que Esteve Monterde se disponía a imitar a Panenka. Se quedó clavado sobre la línea de gol. Estiró los brazos para recoger el tierno envió del medio centro del Portu. Y mientras, sobre todo durante, la exhibición de Puras. Lo paró todo. Hasta el viento. Los diarios cántabros del día después se harían eco de su portentosa actuación. No había público en la grada.
De haber estado presentes aficionados del Laredo, al verde habrían saltado para sacar a hombros al héroe de aquella jornada. Derrota cruel para los que, por entonces, dirigía Ezequiel Loza. Técnico al que un total de cuatro penaltis sin transformar terminarían castigándolo hasta el cese. Y en eso llegó Asier Santana...
+3 familia💪 La lucha no se negocia y rendirse no es nuestra opción.
💛🐝🖤
Egurre familia! Gracias por estar siempre con nosotros! pic.twitter.com/0iA3STwJZH— Club Portugalete 1909⚽ (@clubportugalete) February 28, 2021
Derrotas a domicilio ante el Amorebieta y Bilbao Athletic. Un empate [0-0] frente al Alavés B en La Florida. Tocaba 'subir' a Sarriena. Aplazado el choque por perjuicios de la Pandemia. En la siguiente jornada, el obligado descanso por aquello de ser once los equipos de este 'extraño' grupo de una atípica Segunda B. Entre una cosa y otra, Asier Santana ha dispuesto de tres semanas para inculcar en la plantilla su ideario. 28 de febrero. No va más. Fin de mes y encima domingo.
Fecha señalada. El técnico de Idiazabal había llenado de chinchetas su calendario. Había que ganar. Se debía. La equis no daba ni un euro. Y de la derrota, qué decir. El Portu, estancado en los 10 puntos, perdería de vista la estampa del Laredo. Su rival. Ese que, con 21, flotaría en las aguas naranjas del mar de la tranquilidad. Era, pues, el ser o no ser. Y resultó que este Portu, que muchos daban por muerto, estaba muy vivo. "Seré". Y fue.
Y he aquí que el elegido para consumar la venganza fue Mario Musy. Profeta en su tierra. A eso del 'cuarto de hora', el estilista y espigado 'falso nueve' se hizo cargo de un balón filtrado por dentro. Al borde del área. Condujo con su aire 'sarabista'. Ya a solas con Puras, le miro a los ojos mientras 'musitaba', Te voy a matar. Aguantó Musy convencido de que el arquero se iba a vencer. Picó el cuero con sutileza. Balón y red. Bonita mezcla.
El Portu, por delante. Un gol que acabaría valiendo lo que cuesta el oro molido que Asier Santana guardó, convencido, en su paño. "Victoria importantísima, Aupa Portu, a por la siguiente". Era Rafa Musy, el padre de la criatura. "Enhorabuena al Club Portugalete por la Victoria. Os deseamos un buen regreso hasta casa". Era el twit señorial de un Club cuyo equipo recién había sido derrotado. Tanto lo uno como lo otro sería escrito a la conclusión. Al cronista, en su afán de dar carpetazo a este domingo de gloria, se le ha ido la cabeza. Hasta el punto de ser capaz de viajar a un futuro que ya es pasado.
Era la tercera victoria del Club Portugalete...
La primera desde que Asier Santana le tomara el relevo a Ezequiel Loza. Una victoria crucial. Con el añadido de haberse fraguado en el feudo del Laredo, en ese 'San Lorenzo' que tan sólo el Amorebieta había sido capaz de asaltar. Para estreno de tanto peso, el técnico de Idiazabal había revolucionado su sistema. Y metido y sacado jugadores de su once.
Escenificó un 1-5-3-2 con el que había trabajado en los cortos y en los largos días. Mediavilla, intocable. Tres centrales: Murua y Alex pegados a la cal dejándole a Santamaría el centro, solo ante su tremenda valentía. Zecry y Rozas, por delante de Murua y de Alex. Fer Rubio, Monterde, y Salado, en la medular. Musy y Jacobo, en la vanguardia. Se caía Guemes, la referencia en ataque. Ocupaba banquillo, también, Álvaro Arnedo, ese medio centro de gusto tan refinado. Y resultó que todo tenía sentido porque había respuestas al por qué.
Libre de 'polvo y paja', el Portu gestionaba con destreza el partido al mismo tiempo que se adaptaba al juego que proponía el 'Laredo de Manu Calleja'. Escasa elaboración. Balones al cielo. O sea, dígase lo que se desprendía del libreto del ex técnico del Portu allá por el inicio de la segunda década del siglo: ¡tosco allá como la muerte! Cada equipo juega como quiere o puede.
Y en función, también, del rival que tiene enfrente. Mucho respetaba o temía Manu Calleja al Portu para mediatizar el partido de manera tan evidente. Y es que, una vez que el balón empezó a 'botar', que no a rodar, quedó de manifiesto que el precioso verde acaparaba menos agua que el Ballonti luego de cuatro años de sequía. Aún así, el Portu intentaba echar la pelota al suelo y con ella trenzar. Sólo el Portu. El Laredo no quería florituras. Hasta tal extremo que Asier Santana se vio obligado a asumir que la cosa no iba de "lágrima y pañuelo, sino de machete en mano". Para amantes de Nicolás Guillén estaba diseñado el partido.
🤝Enhorabuena al @clubportugalete por la Victoria.
🚎 Os deseamos un buen regreso hasta casa.
Un saludo desde Laredo
🔴💪🏻 #GuruLaredo
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En especial, el segundo acto. Manu Calleja adelantó filas. Asier Santana mandó a recular. Craso error. Porque su rival no tenía que crear para llegar a la zona caliente. Fue entonces que la pelota empezó a rondar el área visitante. Por la derecha. Por la izquierda. Le caían a Mediavilla una especie de balones llovidos del cielo. El Portu de Asier Santana estaba jugando con fuego. Tentando a la suerte.
Creer que dejándose caer al área se defiende mejor es abrirle las puertas al mundo de la distopía. Aquello no pintaba bien. Barullo. Revuelo. Rebelión en él área de Mediavilla. El peligro era tan evidente que Asier Santana mandó a parar el motín. Calma después de la tempestad. El equipo jarrillero dio un paso adelante. Elevó la presión. Consiguiendo que el Laredo muriera en su propia orilla tras un partido en el que en ningún momento fue capaz de nadar mejor que el 'Portu'.
Con dos partidos menos que Deportivo Alavés B y CD Laredo, los de Asier Santana, de 'arreglar' sus 'cuentas pendientes', saldrían de la 'división azul', del 'cuarteto de la muerte', alzándose hasta la séptima posición. Horizonte. De color naranja las aguas. El mar, como un plato. No era 'un partido'. Era 'el partido'. El Portu lo supo ganar. Frente al Laredo de Manu Calleja. En San Lorenzo. Feudo que tan sólo el Amorebieta había podido asaltar. Ah, y en la tribuna, sentada, la afición del, en 1927 fundado, 'Club Deportivo Charlestón'.