Unas correcciones a hacer en el Athletic
Faltan apenas horas para jugar en San Mamés ante el RCD Mallorca. Tres jornadas hemos vivido ya de LaLiga Santander, 5 puntos en la clasificación para el Athletic de Marcelino García y una progresión relativamente estable. De buenas sensaciones ante el Elche CF (0-0), de mejores sensaciones ante el FC Barcelona (1-1) y la tercera fue la vencida ante el Celta de Vigo (0-1).
El Athletic Club evidenció un arranque de buenas intenciones, de algunos buenos resultados y, sin embargo, a pesar de las buenas sensaciones iniciales, continúa latente el interrogante acerca de la proyección hacia el final de las 38 jornadas de la competencia.
Por proyección defino: clasificación a competiciones europeas (UEFA League o Champions League) o, mi sueño, que el Athletic Club de Bilbao gane la Liga.
De las palabras del entrenador del primer equipo: Marcelino García Toral, en la previa al partido contra el Celta, se desprende que habremos de esperar una mediana regularidad más que una máxima regularidad a lo largo de la temporada: “Es difícil jugar siempre como el día contra el Barça. Lo que sí estamos, es capacitados para jugar y competir a ese nivel. Nosotros no podemos bajar el listón del nivel competitivo. Si hacemos ese tipo de partido varias veces ganaremos, más que empatar o perder”.
Marcelino está convencido de su esquema 1-4-4-2 y lo hace cumplir. Los jugadores acompañan.
Sin embargo, las convicciones de la teoría chocan con lo irrefutable de los hechos: poco gol, falta de continuidad en la generación de jugadas de ataque, buenos valores en la defensa, aunque muchas veces desacoplados (la videoteca no miente), falta de un liderazgo en el campo que arengue a la tropa y la motive a dar lo mejor de sí mismos en cada partido.
Con seis jugadores convocados en la selección absoluta española y en la sub 21, la plantilla del Athletic ratifica su apuesta por la cantera. Una guía para que resto del fútbol liguero pueda mirarse.
Ante el Celta, el Athletic y su rival se repartieron urgencias por marcar durante los primeros 30 minutos del partido, con juego desordenado y balones poco diáfanos. Hasta que a los 33 minutos de juego llegó el gol de Iñaki Williams (por fin), tras pase de Oihan Sancet.
La segunda parte puso al mismo Williams ante su segundo gol, a los 48 minutos tras el centro de Álex Berenguer, que fue anulado por Mateu Lahoz (esta vez mucho menos protagonista que en otras ocasiones) por el manotazo de Berenguer a Dennis Suárez mientras avanzaba.
Correcciones a hacer en el Athletic...
Con el primer gol marcado y el segundo anulado, el Athletic hizo lo habitual: desentenderse del balón y echarse un poco atrás. Los cambios de Zarraga y Nico Williams por Vencedor y Muniain ajustaron un poco el juego y se defendió mejor el marcador parcial que resultó el definitivo.
Los últimos cambios de Vesga y Villalibre por Dani García e Iñaki Williams aportaron piernas más frescas a falta de 13 minutos para el final -que Mateu Lahoz no podía evitar su presencia y añadió 7 minutos-.
Sí, son buenas las sensaciones: prometen. Falta que se sigan cumpliendo. Me pregunto: si es difícil jugar siempre como el día contra el Barcelona, (Marcelino dixit), ¿qué temporada podemos esperar para el Athletic?
Vale, esto recién comienza y toca esperar, pero… El que se quema con leche, cuando ve una vaca, llora: me pesa todavía el recuerdo de la pasada temporada, de haber ganado la Supercopa de España y de haber desperdiciado la final de la Copa del Rey y el poco esfuerzo por haber finalizado LaLiga con una mejor clasificación. Esa sensación actual de déjà-vu.
El optimismo informado y con experiencia se impone sobre la ilusión apasionada. Aun así, me invito a esperar.
