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El lado oscuro del Athletic
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El lado oscuro del Athletic

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Kuitxi Pérez

Tras el Athletic Club vs FC Barcelona, Marcelino le pidió a su equipo que, en adelante, así el juego como el rendimiento no se alejaran de la estupenda imagen exhibida en el regreso de la afición zurigorri a San Mamés con LaLiga Santander. El cronista, por su parte, yendo más lejos, exigente hasta el extremo, le instó al técnico asturiano a que, posada su mano derecha sobre el libro de estilo de Lezama, "Puedo prometer y prometo que seremos un equipo fiel a este fútbol de alta escuela".

Pero como ningún equipo juega dos veces en el mismo campo, ni contra el mismo equipo, es decir, como no es posible jugar dos veces el mismo partido, era de esperar que el duelo a librar frente al Celta de Vigo en Balaidos fuera harina de otro costal. Una batalla en toda regla. Feroz. Incluso, cruenta. El 'Chacho' Coudet y su manera de entender el fútbol.

El meta Unai Simón ya fue titular en Balaidos (Foto: Athletic Club).
El meta Unai Simón ya fue titular en Balaidos (Foto: Athletic Club).

La propuesta celeste, ya de salida, pareció sorprender al Athletic, como si García Toral no se esperara la deriva de su rival con respecto a la pasada temporada. Se sabía de la fluidez y velocidad en el juego combinatorio. Del ritmo. De la intensidad. De su pasmosa facilidad para alcanzar el área rival. De la dependencia de Iago Aspas a la hora de la magia y el desequilibrio.
Lo que dejó al Athletic privado de balón, desvalido, fuera del partido, casi a merced, fue lo que uno sintió como la 'mordida' celeste. Su afán, desmesurado. Su ansia, ilimitada. Su agresividad, al limite, y luego más.

Ante una propuesta donde la 'física' era prioritaria y primordial, y secundaria, la química, el Athletic, si pretendía equilibrar la tendencia del duelo, debería atemperar el ímpetu del Celta con su misma medicina. Si me propones guerra, guerra tendrás. No la rehuyo. No te tengo miedo. Preparado vengo para el enfrentamiento. Para la lucha cuerpo a cuerpo. Si así lo hubiera ordenado Marcelino.

Si el técnico de Careñes hubiera entendido que el choque no era de lágrima y pañuelo, sino de machete en mano, el rectángulo de juego se habría convertido en una batalla feroz entre 'Celtas' y 'Vascones'.

Once de Marcelino ante el Celta con Unai Simón ya de regreso al equipo (Foto: Athletic Club).
Once de Marcelino ante el Celta con Unai Simón ya de regreso al equipo (Foto: Athletic Club).

No lo creyó oportuno el entrenador del Athletic. Que, ante la fogosidad extrema de su rival, ante su intentona acelerada, optó por esa propuesta aseada tan suya del 'vísteme despacio que tengo prisa'. Calma, pues. Fidelidad al credo inicial que fue rezado en la Catedral. Posesión. Manejo de la pelota. Transiciones colectivas. Llegar al área rival. Pensar en su borde. Imaginar antes de entrar. O fiarlo todo a la intuición, esa tremenda virtud de los futbolistas que se diferencian del resto.

Se intentó. Pero todo era naufragio. Intimidado por el aliento en la nuca de los jugadores celestes, el Athletic era incapaz de asociarse más allá de los tres pases con sentido. El Celta, superior en la posesión, se sentía cómodo en medio de la fealdad y la aspereza.

Toque de Iñigo Lekue en Balaidos con un Dani Vivian vigilante (Foto: Athletic Club).
Toque de Iñigo Lekue en Balaidos con un Dani Vivian vigilante (Foto: Athletic Club).

Mientras, el Athletic, al garete. Huérfano de balón ante la inoperancia, la falta de oficio y la calidad en el manejo de su doble medio centro. Sin un esférico que mimar. Sin una posesión con la que enviar al Celta a la 'habitación del sueño', el equipo se veía obligado a recular hasta el borde de su área grande. Una vez allí, se juntaba por dentro. Cerraba la frontal. Con tal densidad de futbolistas que se quedaba sin gente para tapar las bandas.

Como si se las ofreciera adrede a las acometidas rivales. Como si supiera que ante tantos centros al área, otros tantos despejes de cabeza y rechazos de volea que colocaban la pelota en la casilla de partida. Dani Vivian, y, sobre todo, Iñigo Martínez, contundentes y seguros 'zagueros' devolviendo pelotas cual en un estelar de parejas en el precioso frontón 'Bizkaia'.

Abrazo de Berenguer a Iñaki Williams en Balaidos (Foto: Athletic Club).
Abrazo de Berenguer a Iñaki Williams en Balaidos (Foto: Athletic Club).

Superada la media hora, Sancet buscó hasta encontrar el esplendor que se escondía bajo la hierba. Le disputó la posesión a Aidoo en tres cuartos de campo. Lucha. Y así como en el Basket es ahora ley, la pelota fue posesión para el más avispado. Hay que ver la tremenda progresión del media punta navarro. Poderoso. Imperial. Acompasado con su compañero de ataque, abrió el balón a la derecha. Iñaki Williams llevó a cabo eso que se le reclama. Fusiló a Dituro.

Sin miramientos. Sin 'juicio previo'. De manera sumarísima. "Aún dicen que el pescado es caro". Este gol suyo, el segundo del equipo en tres partidos, le terminaría dando la primera victoria del curso a los 'leones de Marcelino'. Un gol que fue capaz de soportar un segundo acto tácticamente desastroso.

En el que, cierto es, el Athletic estuvo tan cerca del segundo tanto como lejos del empate el Celta. Mientras Marcelino 'jugaba' con los cambios hasta agotarlos.

Iñaki Williams celebra su gol de la victoria ante el Celta (Foto: Athletic Club).
Iñaki Williams celebra su gol de la victoria ante el Celta (Foto: Athletic Club).

Agotado se retiró en las postrimerías Dani García ["Todos los equipos necesitan un jugador como yo" / luego me sé titular]. Vencedor, que no termina de 'entender' el 'regalo' que supone ser titular en el Athletic, había dejado el campo sin dejar en el campo huella. Vesga ya casi no cuenta. Zarraga juega sus primeros minutos en la élite.

Con tanto como esto, el cronista reclama su derecho a no entender, o a entender que no son 'cuestiones deportivas' las que le han llevado a Marcelino [¿o al Athletic?] a deshacerse de Unai López. Un medio centro que, en su sazón de madurez, reúne en su figura cualidades y virtudes futbolísticas de las que no participan aquellos que juegan de inicio, de 'prestado' o saltan desde la banda.

De la banda de Balaidos, por ejemplo. Estadio en el que se libró una 'batalla de fútbol'. La que el Celta de Eduardo Germán Coudet le declaró al Athletic de Marcelino. Coudet. El 'Chacho'. "Fular en tiempos revueltos".

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  1. Garikoitz se Azkarate

    Filosofía absurda? Es lo que hay, y otgullosisinos, somos unicos y todavía, pese a la ley Bosman, competitivo. Si no os gusta, se siente, ojala respeteislo que opinan los socios y sigais siendo del athletic, nadie sobra, peroel athletic y su filosofía es lo +grande. Seguuir dando guerra en primera, y no caer en tonterías de fichar extranjeros, que no te aseguran nada.Y LO DEL PNV.... El athletic es de todos,(los socios) u en Bizkaia arrasa el pnv. Nada mas. Hay socios de todos los partidos políticos, pero la mayoría seran del PNV, Y??? Mejor del pp? AÚPA ATHLETIC DEMONTRE!!!

  2. Perturmaster

    Filosofia caduca...sin fichajes...PNV manda...blablabla. Lo cierto es que seguimos ahi, que muchos equipos con fichajes, sin filosofia y sin PNV quedan por debajo (no solo 3), no juegan finales o incluso se van a 2B o estan a un paso de desaparecer. Si no te gusta lo que hay, lo tienes facil, bajate y dejanos seguir con nuestro viaje, hay mas barcos sin tantos "problemas",yo me quedo en este porque es el que me gusta.

  3. Dimitri

    Sigamos con esa filosofía que es como una losa y acabaremos desapareciendo. Pero eso sí, lo que diga el PNV.

  4. Dimitri

    Por desgracia, la realidad, es que el Athletic es un equipo menor, que tiene la fortuna de que siempre hay tres peores que el. Años sin hacer un solo fichaje, una filosofía absurda que sólo beneficia a los contrarios y una directiva y un presidente que en cualquier otro sitio habrían durado un asalto. Pero claro, el sancta Santorum del PNV dispone....

  5. Fernando

    Alguien me podría das dos pinceladas para explicarme el papel que juega Vencedor en este equipo? Por otro lado, Unai López ya lleva años en la primera plantilla sin demostrar absolutamente nada.

  6. Antzoka

    El Celta le jugó al Athletic como el Athletic al Barsa y el partido terminó como suele acabar contra el Barsa, perdiendo el Athletic porque se te escapan una vez y te marcan. Y eso mismo le salió al Athletic. Y aquí, como en Barcelona, se habla de que pudo ser más, que fueron superiores, que aun no jugando bien, bla, bla, bla. Pero ganaron los tres puntos y no 'a los puntos' que no sirve. Un 'déjà vu' pero para nuestra butxaka. No le deis más vueltas. Como diría el mentalista, el resto es fruto de vuestra imaginación.

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