Marcelino o la exaltación del tópico

A falta de diez jornadas para el final de la competición, el Athletic Club acumula cuarenta puntos en la tabla clasificatoria. Cerquita, pues, de la salvación matemática. Piru Gainza no era de 'Ciencias'. Al 'Gamo de Dublín' le bastaba con su endiablada velocidad para terminar haciendo 'Carrera' en el Athletic. Fuera ya de los terrenos de juego, brindaba con un buen champán francés para celebrar, un año más, que el Athletic, junto al Real Madrid y FC Barcelona, seguía sin saber qué cosa tan extraña era esa de LaLiga SmartBank.

Tres puntos más, cuatro, cinco, acaso seis para que el Athletic de Marcelino le de motivos a Piru Gainza para festejar la enésima proeza junto a Iriondo, Venancio, Zarra y Panizo. Si el zurdo de Basauri descorchaba su botella, ¿por qué no hacerlo tod@s l@s Athleticzales que no le llegamos al bueno de Agustín ni a los tacos de sus botas?

Históricamente, incomoda plaza la del Villamarín para los leones...

De no haber caído en semifinales ante el Valencia, el Real Betis vs Athletic habría sido un ensayo en toda regla de cara a la Finalísima de la Cartuja. Noqueado por el 'directo' violento del portugués Guedes, se trataba de ver hasta qué punto había quedado dañado el Athletic. Un Athletic sin Dani García ni Iñigo Martínez. Bajas asumidas por Marcelino. Lo que no esperaba era que Ander Capa se quedaría  en casa "por una sobrecarga en la musculatura del glúteo del lado derecho".

Sin el concurso del jarrillero, el bueno de Marcelino García Toral perdía a su púgil de más duro golpeo [¿captan la burda ironía?] Porque de ring, boxeadores y buenos puños parecía haber ido la cosa a tenor de las 'jugosas' declaraciones efectuadas por el míster asturiano. Cuando el 'argot' del 'noble arte' se pone al servicio del fútbol. De este partido en el que al Betis le bastó con un 'golpeo de cabeza' en el 20'. Asumida la 'fama' de la victoria, el Betis echó el partido 'a dormir'.

Del sueño de la derrota habría de despertarnos Marcelino en una rueda de prensa cual homenaje a un combate de boxeo plagado de tópicos. Me esperaba otra cosa y sin embargo...

En el "no golpear" del Athletic se había fraguado la derrota.

"El Betis marcó" [Borja Iglesias]; "nosotros no lo hemos hecho"; o sea que "gana quien más goles mete". "Potencial fuerte" el verdiblanco; "nos golpearon fuerte en una jugada mal defendida". Nos ilustra Marcelino acerca del único gol del partido. "Mal posicionados; marcamos mal el centro lateral".

El técnico del Athletic asume en sus carnes el daño recibido. "Su gol me dolió mucho porque era una jugada solucionable". A posteriori, imposible resulta retroceder en el tiempo para enmendar el error que tanto daño causó. "Muchas llegadas sin poder salvar al rival para finalizar". El Athletic "quiso ganar". Faltaría más. "Pero hay que marcar más goles que el rival". El "tramo final del campo" y la "falta de acierto". Llegadas sin definir: "así es difícil ganar". ¿Difícil?, no: ¡imposible!

Tanto infortunio. Se intenta todo y nada sale.

Sentado en su rincón observa y analiza. Otro en su lugar, tal vez, pero él decide "no tirar la toalla". Diez 'asaltos' quedan. Treinta puntos. Siente vértigo y musita "algo nos falta". Se va de la lengua, como si lo necesitara, "el tercer equipo que menos goles marca fuera [excusatio non petita accusatio manifesta]".

"Factor muy importante que tenemos que mejorar"... ¿Cuándo, Marcelino, cuándo? "Ese mal dato se ha reforzado hoy".

¿Dónde encontrar la terapia para un juego en sí mismo curativo? Diez partidos. Y ese no saber si será él. Al igual que Ziganda no lo sabía. Ni Berizzo. Ni Gaizka Garitano, de cuya mano recibió el testigo Marcelino. García Toral ya no está "atolondrado por tanto empate". Ni decepcionado. Ni triste. Ni desilusionado por haber perdido en días como éste.

Cuando el final de la partida se insinúa a la vuelta de la esquina, un Marcelino desconocido nos sorprende con el uso del boxeo y el abuso del tópico. Para este viaje no hacían falta alforjas porque ya tenemos en GOL TV a un experto en el noble arte que lo supera a la hora de la jerga, del argot, del entusiasmo, de la exaltación...

"Sobre el sagrado altar del Benito Villamarín, el Betis se arrimó a su rival hasta hacerle daño en la 'distancia del dinero'. La llegada a la línea de fondo, ese cabezazo del 'Panda' Iglesias que le entró a Unai Simón tan claro como una mañana de primavera. Duro golpe del que el 'aspirante a todo' y 'de nada ganador' no se pudo reponer en el resto del combate. Nos golpearon fuerte.

Y aunque 'Marce' no lo quiera reconocer, el Athletic cayó al piso. El cloroformo se le dio a oler a fin de que no sufriera en el traslado a la habitación del sueño. En ella instalado y sin embargo, Marcelino no tiraba la toalla. No la arrojaba al centro de un ring en el que su cuadrilla a Nabil Fekir paseaba como campeón mundial del 'peso más sucio jamás soñado'.

Manuel Pellegrini se había tomado cumplida venganza de "aquel Bilbao que, en San Mamés, se dedicó a voltear a su jugador como si fuera un muñeco". Mientras Marcelino va perdiendo adeptos, en una televisión en abierto se frotan las manos pensando en tantos partidos al GOL como le dedicarán al Athletic.