Muerte en la orilla

José Grima ||| JaénLa diferencia en la clasificación acaba influyendo. Se le puede llamar la suerte del campeón, inercia o estado de ánimo. Pero el Jaén ganó porque lo mereció y el Cádiz perdió porque no atinó.

Ante la baja de Luque era previsible ver a Pablo Sánchez en mediapunta, pero menos esperado era el regreso de Albentosa al eje de la zaga por Josete.
Si ante el Lucena el Cádiz no parecía estar tan lejos en la tabla de los cordobeses, esta ocasión los amarillos sí mostraron el porqué el Jaén está donde está en la clasificación.

Desaparecidos. Esa palabra definiría la primera parte de los de Raúl Agné que se encerraron en su campo y aguardaban un contragolpe milagroso que llevara un gol al marcador. Craso error. El Real Jaén dominó el juego y creó ocasiones en los primeros diez minutos que intimidaban a Aulestia. En defensa la presencia de Albentosa con Domingo parecía funcionar, pero nadie contaba en el minuto 17 con un centro de Mario Martos que Aulestia se metiera en propia puerta. La duda es saber si le llegó a tocar Fran Machado, pero lo único cierto es que el gol subió al marcador. Dèjá vu en toda regla, se repetía la historia del partido de la primera vuelta.
Pero ni con el gol el Cádiz reaccionó, lo que sí bajó fue el rival en intensidad. Un lanzamiento de Santi Villa desde tres cuartos mereció el gol pero Aulestia desvió a córner. La única jugada cadista con intención fue en el tiempo de descuento, con una jugada de Pablo Sánchez dentro del área que centro para un cabezazo de Fall desviado de la portería de Toni García.
Aunque fue algo esperanzador, la reanudación dejó a un Cádiz algo mejor por demérito del rival. El Jaén dio el paso atrás y los amarillos intentaron aprovechar los huecos sin fortuna. Dos tiros con peligro de Aitor y Peragón quizás merecieron algo más. Pero la lógica al final se acaba imponiendo, y en el 61 un contragolpe rápido de Israel Jerez, que dejó sentado a Domingo, acabó con un pase de la muerte a Mario Martos que no desaprovechó para poner el 0-2.
Ya desahuciado, el Cádiz se fue a la desesperada y mereció marcar. Tres cabezazos de Albentosa en sendos saques de esquina rozaron el gol, e incluso en el primero de ellos se pidió gol fantasma. Los otros dos los sacó acrobáticamente Toni García. Eran los mejores minutos de los amarillos pero totalmente cuesta arriba.
Los de Manolo Herrero comenzaron a adormirlar el encuentro ante un Cádiz con ninguna fortuna arriba. Pablo Sánchez y Peragón, ambos en situaciones muy claras, tuvieron la posibilidad de acortar distancias en los últimos minutos. La esperanza llegaría a falta de dos minutos en una falta frontal sacada por Álex Granell que entró tocando el palo de la portería de Toni García.
Los últimos minutos iban a ser frenéticos. Ya con el tiempo cumplido fue expulsado con roja directa Nino por una agresión a Peragón en la frontal del área, situación similar al gol 1-2, pero en esta ocasión su lanzamiento se marchó al larguero. Pero fue un nadar para morir en la orilla. Tocará sufrir.