Mafiosos al borde de un ataque de nervios
A estas alturas de la película es cuando el mafioso se expone al peor de los ataques, el de nervios. Pero tiene que templarlos, aguantarlos, disimularlos, tragárselos, comérselos, digerirlos, maldecirlos y orinarlos y mantener hasta el final la impronta de tipo duro, seguro, currado y curtido. No se lo cree ni él, mas no puede salirse del personaje, no se le vaya a escapar un tiro al aire.
Yeyo anoche cogió las baquetas al revés. Plaza se colgó el bombo a la espalda. A Manolín se le escaparon 63 “quilloooooooooooo” seguidos a lo largo del pasodoble. Suso se mordía la púa continuamente. Raúl metió en el trío los coros de la última cuarteta. Ramoni se trajo puesta la capa de Los Peregrinos. A Waxi le salió un gallo. Vito hizo la octavilla del estribillo. Eu empezó la presentación antes del punteo. Cris la acabó justo después. A Javi le dio un ataque de risa al final del popurrí. Sehito se puso a llorar. Chema insistía en invertir el orden de lo que se iba a cantar. Nico llamó al Carapapa para decirle que llegaría un poco más tarde. Saúl preguntó qué día empezaba el Concurso. Kanica no encontraba los CD’s de Los Mafiosos. Pablo nos puso el forillo de Germán. Y yo… me fui tranquilo viendo que estaba todo controlado.
—Señores, un pelotazo —fue lo último que dije.
—Vamos a dar ¿que no, Juan? —creyó entender Javi.
—Nos van a dar —murmuré a mis oídos.
Hoy toca soñar lo de siempre. El decorado se te cae encima, al grupo se le va olvidando la letra, en el palco del jurado están los de Martínez Ares… Ración doble de Lorazepam y mañana unos corticoides en vena. Las supersticiones de siempre y las nuevas de este año, que son dos: estrenar zapatos viejos y no afeitarme el bigote (el del labio superior). ¡Y los calzoncillos sin decidir desde noviembre! En verdad, lo de los nervios es un paripé que forma parte del protocolo del debut. A estas alturas de carnaval yo no me gonpo vernioso por dana: si tusga, de tupa madre; y si no tusga, pues el año que nieve será. La exepiencia es un drago. Amedás, ni que en esto se nos ferua la diva. Puto coterror. Al nifal me va detalar el arcútilo del Marca.
Leí que a la concejala le da pena que los cabezas de serie no cerremos la función. Está claro que aquí cada cual va por libre. A mí, concretamente, que no organizo el Concurso, simplemente participo entrando por el aro de los antojos y novedades de los organizadores, como cada año, lo que me da una pena del carajo es tirarme/tirarnos diez meses preparando una obra con todo el esmero y la ilusión del mundo y tenerla que presentar un lunes a las doce de la noche, con un público cada vez más expectante y nervioso y con el grupo rezando para que la función se mantenga viva. Es cuestión de penas. O la mamas o te vas a Alcalá de Guadaíra. Pues la mamo que, quieras que no, es más gaditano que Alcalá. Aquel que pronunció la grosera desventura de “esto es Cádiz y aquí hay que mamar” no sabe de verdad cuánto la clavó, pero no por lo de mamones, sino por lo de mamíferos. Distíngase entre quien mama por gusto o por necesidad, respectivamente.
Por lo demás, pienso disfrutar —al menos, yo— porque he hecho una comparsa de carnaval, sin pensar en más objetivos ni fines que el de divertirme con el género más rico y posible de cuantos se ponen en una escena a la altura del pueblo: sí, el carnaval, ese que decía el Maestro Gómez que es lo que nosotros queramos que sea y que tantas veces nos empeñamos en que sea lo que quiere el público, el jurado, la prensa o el productor. Con todo mis respetos para el productor, la prensa, el jurado, el público, no hemos pensado en ellos, sino en nosotros… y hemos hecho carnaval. Ese premio ya no nos lo quita nadie. Ojalá podamos compartirlo con el resto de las partes implicadas que, no sé por qué, también me da que empiezan a echar de menos lo mismo que yo.
Otro año más, y ya van… demasiados. ¿Será el último o volveré a salir vivo de éste? Y si salgo vivo, ¿saldré a por más u optaré por disfrutar definitivamente de la inmensa fortuna amasada a golpe de cañón recortado? La vida es muy corta para vivirla en una sola dirección, y siempre he temido coger otro camino cuando el Camino se esté acabando. Es el riesgo de apurar tanto la frenada. En el “haber”, todo cuanto hice; en el “debe”, todo cuanto me falta, que tal vez no sea para ti, pero sí para que yo pueda presumir ante mí y ante dios de haber recorrido el Camino completo. ¡Jióle! ¿Dios? ¿Eso he dicho? Olvídalo. Estoy francamente fatal. ¿Francamente? ¿Eso he dicho? Qué mal suena ese adverbio de modo (o de tiempo…) Olvídalo también. Habrán sido los nervios… ¿Nervios? Un carajo. ¡Hostias! Se me ha escapado el final del cuplé. Ahora para que nos descalifiquen.
JUAN CARLOS ARAGÓN
Eres un genio: O la mamas o te vas a Alcalá de Guadaíra. Pues la mamo que, quieras que no, es más gaditano que Alcalá. Aquel que pronunció la grosera desventura de “esto es Cádiz y aquí hay que mamar” no sabe de verdad cuánto la clavó
¿No te olvidas de Martínez Ares, eh? ¿será complejo? Yo como carnavalero disfruto con vosotros dos y os admiro, que estáis en otra liga. Pero me da que ya nos estamos poniendo la venda antes de la herida. Saludos desde Alaska.