No traten de entenderlo

Llegadas estas fechas, más del 50% de los aficionados al Carnaval se suele echar las manos a la cabeza con el fallo del Jurado. Año tras año se repite el mantra: cajonazos, supuestos mangazos, falta de preparación de jurado, etc. Y como soluciones se han propuesto cientos y de todos los colores, y ninguna ha dado resultado (ni lo dará). Lo mejor es que no tratemos de entenderlo, sino aprender a convivir con ello. El fallo del jurado es cuestión de gustos y sobre gustos no hay nada escrito, el libro de gustos está en blanco y el gusto es mío. Así que cuando un jurado te manda a la Plaza del Mamaero de la Venta del Nabo, te puedes cabrear lo que quieras, pero si es por mero gusto de sus miembros… agua y ajo.

Sí, ya sé que hay gente que tiene el gusto en el culo, incluso hay gente a la que no le gustan los langostinos… pero es así. Yo nunca me cabreé con el jurado por premios o cajonazos. Porque entendía que era por gusto. Si me hubiera constado mala fe… otro gallo hubiera cantado. Ahora bien, tenemos que analizar otras cosas. Yo creo que el concurso se nos está yendo de las manos. Y no es porque venga gente de fuera. Nos lo estamos cargando desde dentro. El actual sistema de concurso no favorece la creatividad en letras, como bien reflejó el compañero Rafa Burgal en un artículo en Diario de Cádiz. Alucinen: en un cuplé de chirigota (por ejemplo) la letra vale solo 1/3 de los puntos, mientras que música y afinación valen los otros 2/3 restantes. O sea, que yo puedo escribir el cuplé del móvil de Tampax Goyescas y me puede ganar en puntos un cuplé malísimo, pero del Orfeón Donostiarra.
¿Y a qué lleva todo esto? Pues a un pasotismo generalizado de los autores en cuanto a esforzarse por hacer reír. Entre esto y que las letras de preliminares no puntúan (y por tanto los autores entienden que es estúpido llevar letras buenas si no se van a puntuar) pasan las fases y no se escucha un cuplé mítico. Y se está notando tela la bajada de calidad. Se va a lo justo y necesario, cuando en otras épocas era necesario partirse los cuernos para llevar las mejores letras, porque había seis chirigotas más que mordían. Hoy no pasa eso. Por desgracia. Las chirigotas se han vuelto a acomparsar, las comparsas se han barroquizado tanto que rozan ya el Rococó, los coros han pasado del tango a las salas de teatro de los musicales de Broadway y los cuartetos se han reconvertido en algo totalmente distinto a lo que eran. Demasiado pa mi body.
Luego está también el tema de las nuevas generaciones. Y no, no me refiero a los más chavalitos del PP. Me refiero a toda esa gente que se ha incorporado al Carnaval hace menos de una década y cree que antes de eso no había nada. Para esa gente ENTRE REJAS es una foto de Junqueras. Y se habla muy alegremente de cajonazos y fobias. Me explico. En Cádiz no existe manía carnavalera hacia Sevilla. Es falso. Si no ganan agrupaciones de Sevilla es por otras cosas, no porque sean de allí. A mi me debieron ver cara de sevillano desde el 94, porque desde entonces hasta aquí solo he ganado una vez, en más de veinte años de Carnaval. Y sobre los cajonazos hispalenses, más de lo mismo. La chirigota del Bizcocho es una muy buena chirigota y, en mi opinión, debería estar en semifinales. Ahora bien, si alguien piensa que le han dado un cajonazo por ser quién es o por ser de Sevilla, que recuerde los cajonazos de LOS ENTERAOS del Selu o el mío de LOS PALOMOS o el de KADI CITY, de mi admirado Juan Carlos Aragón. Los cajonazos no entienden de fronteras. No vean fobias donde no las hay. Hay solo mal gusto del jurado, falta de capacitación para entender ciertas cosas y poco más. Y a algunas agrupaciones se les perdona todo y a otras se les exige más que a nadie.
Así que mi consejo es que no traten de entender de qué va esto y cómo va esto. Limítense a disfrutar (si es que encuentran algo que les guste), paladeen las delicatessen e ignoren lo que no les guste. Empecinarse en entender y comprender ciertas cuestiones del Carnaval de Cádiz es darse contra un muro. Feliz Carnaval.
JOSÉ GUERRERO ROLDÁN, 'EL YUYU'