Desastre inesperado que complica el futuro

Petardazo amarillo en la matinal barcelonesa de un modo inesperado. El equipo de Cervera se pegó varios disparos en el pie en un partido aciego y se complica sus opciones de jugar el play off en una semana que había empezado muy bien tras vencer al Zaragoza.

El Cádiz comenzó el partido dándo el balón al rival y esperando en su campo para salir a la contra. La primera ocasión fue amarilla en el minuto siete en una acción en la que Álvaro García conectó con Barral, pero el disparo de éste le salió muy flojo y Ortolá detuvo. Era el primer aviso de un equipo que tenía las ideas muy claras.
Los locales apostaban por una circulación rápida y el equipo de Cervera iba adelantando metros en su presión para complicar las cosas al Barcelona, siempre con la premisa de que la pelota no llegara a Rivera, su jugador más creativo. La primera ocasión del filial sería de Nahuel tras una dejada de Cardona. El balón se marchó fuera, pero no así cuando Cardona cabeceó solo un córner lanzado por Carlos Pérez y marcó el primero de la mañana. Álex Fernández no estuvo atento en la marca y fue la segunda mala noticia después de que Garrido tuviera que pedir el cambio.
El gol hizo daño a un equipo que no era capaz de llevar la iniciativa. La calidad del rival había encontrado el respaldo de un tanto y eso hacía que fuera todavía más peligroso. El Cádiz quería tener posesiones más largas para pisar el área con más frecuencia porque no estaba poniendo en apuros a su oponente.
Y la cosa empeoró cuando Lucas Bijker le hizo penalti a Marc Cardona en una acción absurda en la que se precipitó claramente. Hizo el segundo y tenía que reaccionar antes del descanso para tener alguna mínima opción de puntuar al menos. Alberto Perea estuvo a punto de acortar distancias al filo de la media hora, pero su falta directa se marchó fuera por muy poco.
El Cádiz estaba dejando jugar con demasiada comodidad al Barcelona y eso hacía que estuviera a su merced. Daba la impresión de estar más cerca el tercero que el primer de los amarillos y Cervera tenía que reaccionar porque el control era absoluto de los culés, tanto en el marcador como en el juego.
Lo ideal era recortar diferencias antes del descanso, pero el Barcelona sabía de la ansiedad amarilla y tenía la posesión para así sufrir menos. Y, como estaba cantado, llegó el tercero en una absurda jugada en la que Servando y Cifuentes no se entienden y Nahuel, el más listo de los tres, marcó con mucha calidad.
Quedaba la segunda parte para, al menos, maquillar el resultado. Cervera metía en el descanso a Nico Hidalgo por Carpio y cambiaba el sistema para atacar todo lo que no había podido hacer en el primer tiempo. Sin embargo, seguían faltando movilidad y chispa. Y, sobre todo, acierto. Enlazar tres pases seguidos era una quimera y así era imposible aspirar a nada.
El único que lo intentaba, sin acierto, era Alberto Perea. Era una mañana aciaga en todos los aspectos y Servando probó fortuna en el minuto 57 con un cabezazo cercano, pero Ortolá se hizo con el balón. Los mismos protagonistas se volvieron a encontrar un minuto después, pero con el mismo resultado. Al menos en esos momentos los cadistas pisaban el área local.
Era un partido más abierto y eso, lógicamente, también le daba opciones al Barcelona para ampliar el marcador. Nahuel pudo hacer el cuarto, pero Cifuentes lo impidió cuando todavía quedaba media hora. Palencia evitó el gol de Álvaro García tras una buena jugada entre Nico Hidalgo y Dani Romera. Acto seguido llegó otra ocasión para Cardona, que casi marca el cuarto.
En el tramo de los últimos 20 minutos el equipo se reforzaba con Eugeni para tener más el balón, pero de poco servía porque cada centro de Nico Hidalgo era un regalo para el rival. La reacción no llegaba como podía esperarse, tan sólo una leve mejoría y eso no era mucho decir. 
El equipo estaba con tres defensas, pero eso no le servía para embotellar al Barcelona. Era un quiero y no puedo constante y el partido fue muriendo con la sensación de que el equipo ya estaba pensando más en el compromiso contra el Tenerife de la siguiente semana. Ya ahí no se podrá repetir esta actuación porque, de ser así, el play off será un imposible. El gol final de Álvaro García no salvó la honra, pero al menos dio un pequeña alegría a los cadistas que estuvieron presentes en el decepcionante partido.