Un punto de los que valen mucho
El Cádiz no pudo ganar al Granada, uno de los mejores equipos que han pasado por el Carranza en la presente campaña. Por ello no se puede considerar un mal resultado, a pesar de que los amarillos lo intentaron hasta el final.
Desde el primer minuto los dos equipos pusieron todas las cartas sobre la mesa. El Cádiz presionaba arriba para asfixiar a un rival que en cuanto cruzaba el centro del campo mostraba una tremenda peligrosidad por la calidad de gente como Pozo o Vadillo.
El Cádiz era capaz de sacarse el dominio visitante de encima a base de identidad y con mucha presencia de Álex Fernández y Vallejo. Los de Cervera no tenían complejos y también hacían daño cuando el balón estaba en su poder, pero en los primeros minutos Germán Sánchez lo cortaba casi todo en los intentos por llegar al área granadinista.
En la primera media hora el partido estaba más dentro del gusto de los locales. Se le veía cómodo jugando en el campo del rival y aunque le costaba crear ocasiones tampoco sufría en defensa. Vadillo dio un susto en el minuto 27 tras un buen centro de Víctor Díaz, pero el cabezazo se fue alto.
Fue el paso previo a otra etapa de control del Granada, que con los pases de Montoro se plantaba en el área de Cifuentes. El dominio de los rojiblancos sí se traducía en oportunidades y Ramos hizo trabajar el portero cadista con un remate inocente en el minuto 35. Los dos se volvieron a encontrar en el minuto 40, con otro lanzamiento del colombiano desde fuera del área.
El Cádiz había ido a menos y su primer remate a puerta fue de Lekic en el minuto 41 con un cabezazo que le salió a las manos de Rui Silva.
La segunda parte la empezó el Granada con una mayor decisión. O ésa era la sensación que daba viendo su ambición en ataque. Por diferentes acciones el partido se calentaba y eso le venía bien al Cádiz para recuperar protagonismo. Álex Fernández cabeceó con mucho peligro en el minuto 59 tras un centro de Correa.
Cuando quedaba media hora, Cervera metió a Salvi por Lekic y el equipo pareció reactivarse en ataque. El partido estaba muy trabado y se podía decidir en cualquier detalle. El Granada metía a gente de ataque como Puertas y Rodri porque estaba todo por decidir a falta de un cuarto de hora.
El Carranza pidió penalti por una jugada de Germán sobre Romera en una jugada complicada porque usó el brazo y su cuerpo para impedir la progresión del almeriense. El Cádiz hacía daño a la contra y buscaba la victoria hasta el final, con la entrada de Perea incluida.
El gol no llegó porque el equipo tampoco fue capaz de crear ocasiones claras y al menos se llevó un punto contra un rival que tiene pinta de terminar muy arriba.
