Querol, el luchador que nunca pierde la sonrisa
Es el hombre de moda en el Cádiz por los dos goles marcados ante el Oviedo y el Lealtad. Durante buena parte de la temporada David Querol ha estado en un segundo plano y sin disfrutar de minutos, pero en cuanto ha disfrutado de ocasiones está demostrando que puede aportar mucho en el equipo.
Es la historia de un luchador, de un deportista que nunca vio el fútbol como un trabajo. Quería divertirse con sus amigos y hasta juvenil de segundo año estaba en el Unió Astorga, un club de barrio muy humilde y no quería irse. Disfrutaba con sus amigos y con su hermano Pedrín. Pero llegó el Reus a ficharlo y fueron las personas de su entorno más cercano los que tuvieron que convencerlo para que diera el paso.
Exceptuando un paso por el filial del Betis, su relación con el fútbol casi siempre estuvo vinculado a Cataluña. El Reus por encima de todo, el Nástic y el Llagostera han sido sus equipos. Pero desde hace años le impresionaba el ambiente del estadio Carranza y se sorprendía cuando veía las imágenes de los recibimientos al autobús del equipo cadista. Hoy puede defender esa camiseta.
Sus amigos valoran su calidad humana y su humildad. Destacan que aunque pueda parecer una persona fría, realmente es muy familiar y cariñoso. Es muy aficionado al cine y no perdona fácilmente a sus amigos cuando eligen una mala película. Con ellos disfruta jugando al FIFA el tiempo que sea necesario y alguno le reprocha entre bromas su recochineo cuando marca algún gol.
Tiene fama de no perder el buen humor, aunque ha pasado por dos momentos muy duros en su vida. El primero fue perder a Jordi Pitarque, excompañero suyo en el Reus que falleció el 6 de septiembre de 2010. El atacante amarillo sigue dedicando cada gol a su amigo, por el que se puso la letra P en la camiseta para que siempre esté presente.
Además, Querol también tuvo que superar una grave lesión. Estuvo unos ocho meses de baja y reapareció en 2018 tras haber dejado atrás una lesión en la cápsula articular de la rodilla. Lo pasó realmente mal y algunos medios de comunicación llegaron a hablar de una posible retirada, pero nunca se rindió y el destino le dio la ocasión de dar el salto al Cádiz.
En su peor momento, justo después de lesionarse, rechazó la propuesta de renovación del Reus porque no quería hipotecar al club. Un ejemplo que describe a un jugador que ha sabido esperar su oportunidad en Cádiz y que quiere seguir dando guerra a base de goles.