Un punto en el enésimo escarnio arbitral
El Cádiz se tuvo que conformar con un punto en un partido donde le pasó de todo. Dos lesionados, un penalti a favor pitado y anulado por el VAR y un clamoroso penalti a favor en el que no quiso intervenir el VAR. La vergüenza de siempre.
Los papeles parecían claros desde el inicio, con el Elche intentando salir de la presión cadista a base de toque. Su apuesta por cuidar el balón al extremo está en las Antípodas de la filosofía cadista y era un choque de estilos. Pero en el inicio el Cádiz parecía mejor instalado en el campo y llegaba con cierta frecuencia al área ilicitana.
La mala suerte se cebó con el equipo amarillo en forma de lesión. La enésima. Una dura entrada de Verdú a Jairo provocó que tuviera que salir del campo a los 20 minutos. Esto provocó que el equipo perdiera la velocidad que tanto busca Cervera, que optó por Perea para sustituirlo.
El Cádiz recuperaba el balón con cierta facilidad por su buen trabajo de concentración y anticipación. Eso impedía que el Elche pudiera progresar, pero en la primera media hora no se contabilizó ninguna llegada peligrosa al área de Edgar Badía.
Era un primer tiempo de escasa calidad, con dos equipos sin ideas para superar las defensas rivales. Los partidos en los que no pasa nada suelen gustar a Cervera porque son el escenario ideal de un equipo con paciencia para cocinar el juego a fuego lento.
Un fallo de Conan casi le costó un gol al Cádiz en el minuto 36. Un disparo de Pere Milla sin aparente peligro por poco no acabó en la portería cadista por un mal despeje del argentino, que a renglón seguido sí estuvo fino parando un cabezazo de Diego González.
Eran momentos de sufrimiento y el Elche sacó provecho con un buen gol de Boyé en el minuto 38. Firmó una buena maniobra y marcó con un zurdazo cruzado al que no pudo llegar Conan. Tocaba reaccionar y pudo haber empatado a renglón seguido si Del Cerro Grande hubiera mantenido su opinión inicial de pitar un penalti sobre Jonsson, pero después de revisarlo a petición del VAR.
El primer tiempo acabó con buen sabor de boca por la expulsión de Lucas Boyé al filo de descanso. Ya tenía una amarilla y sacó el codo a pasear en una acción con Fali. En la segunda parte había que llevar el mando, aunque sea eso jugar a contraestilo para el Cádiz.
El escenario era de mucha posesión para los amarillos, pero con escasas llegadas de peligro en el inicio de la segunda mitad. Eso, hasta que Perea puso un gran centro desde la izquierda en el minuto 55 y lo mandó a la red Álvaro Giménez. Buen gol en el que también ayudó la mala acción de Diego González, que defendió francamente mal al delantero cadista.
Quedaba más de media hora y el Cádiz iba a por el partido. Cervera metía a Pombo por Malbasic porque iban a ser muchos minutos de tener el balón cerca del área del Elche y era interesante contar con futbolistas de calidad ahí. Perea salió de la izquierda para fijarse en una posición más centrada.
Entraban Bobby Adekanye y Bodiger para apurar al máximo las opciones de un equipo que quería más. El árbitro no pitó un claro penalti por manos de Pere Milla al despejar un balón, pero no es la primera vez que en un mismo partido hay dos criterios muy diferentes. Además, se le anulaba un gol a Álvaro Giménez en el minuto 80 por una mano previa.
El balón siempre estaba en el campo del Elche, pero sin la claridad deseada teniendo un jugador más. Perea lo intentó hasta el final, pero le faltó la puntería necesaria para darle al Cádiz tres puntos.