Sin calidad para ganar y sin madurez para empatar

El Cádiz CF ha perdido contra el Betis un partido en el que no fue peor, pero que dejó escapar por una falta mal defendida en el tramo final. Mucho castigo, pero es el riesgo de fiarlo todo a defender.

El equipo salía al campo mentalizado para morder, aunque en el once inicial Cervera reunía en el campo a jugadores como Álex, Perea, Salvi, Sobrino y Negredo. Como no podía ser de otro modo, la posesión era para el Betis y el Cádiz aguardaba con un sistema con el que se quería proteger por el medio como en Barcelona.

A los 17 minutos llegó el primer disparo. Fue de Víctor Ruiz y Conan lo mandó a córner. Era señal de que tenían que ser los centrales béticos los únicos que estaban algo más sueltos en su ataque.

Cervera lo fiaba todo a la defensa, pero para que el plan tuviera más sentido faltaba que el equipo fuera capaz de hacer algo cuando recuperara el balón. Las pérdidas eran constantes y se desaprovechaban algunas contras en las que el Betis no estaba bien puesto sobre el campo.

Pasada la media hora se podía decir que el equipo no sufría, pero que tampoco parecía especialmente interesado en buscar la portería de Joel Robles. Sí empezó a tener más balón e incluso puso en un compromiso al cancerbero bético con un lanzamiento de Betis en el minuto 39.

El Betis la tuvo antes del descanso con un lanzamiento de Canales que se marchó algo desviado después de un gran control y una buena dejada de Ruibal. Y Rubén Sobrino respondió con un remate forzado que hizo que despejara Robles.

En la segunda parte las cosas rodaban como en el final de la primera. El Cádiz tenía sus acercamientos, como con un disparo de Perea en el minuto 57 que detuvo Robles. Cuando robaba el balón ya era capaz de salir con más peligro y no la perdía enseguida, como sucedía en el inicio.

Los errores podían costar caro, como un pase al centro fallado por Espino que no acabó en gol de Guardado por la buena intervención de Conan. Corría el minuto 68 y seguía siendo un partido sin ritmo, quizá algo que favorecía al Cádiz. Cervera metía a José Mari y a Saponjic por Garrido y Negredo. El equipo estaba dando algunas muestras de cansancio.

El partido había llegado al tramo final donde quería Cervera. Con el equipo entero, con la portería a cero y con opciones de tener alguna ocasión. Habían entrado Alejo y Jairo, además de Cala por unas molestias de Fali. Estaba todo en el aire y al menos el empate no se debía escapar.

Sin embargo, ocurrió algo imperdonable. En una jugada a balón parado marcó Juanmi, rodeado de jugadores mucho más altos que él. Ya no hubo capacidad de reacción y se pierde un partido que estuvo controlado, pero en el que faltó calidad para ganarlo y concentración para no perderlo.