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El holandés Max Verstappen y Red Bull regresan más líderes al circuito de Spielberg, propiedad de la escudería austriaca, sede el pasado domingo del Gran Premio de Estiria y que este fin de semana albergará el noveno del Mundial de Fórmula Uno, el de Austria; donde Mercedes, la gran dominadora de los pasados años, debe buscar irremediablemente un contraataque.
Verstappen, de 23 años, firmó el domingo su cuarta victoria del año, elevando a 18 los puntos de ventaja (156-138) que le lleva al séptuple campeón mundial inglés Lewis Hamilton, de 36; líder de Mercedes. Equipo que nunca había dejado de ganar ambos títulos durante los pasados siete años y que ahora secunda también a Red Bull en el Mundial de constructores, en el que se encuentra a cuarenta puntos (252-212) de la escudería que reclama un cambio de ciclo en la categoría reina.
La victoria del neerlandés en la pista de Spielberg -donde su compañero mexicano Sergio Pérez, tercero en el Mundial (96), fue cuarto- supuso el cuarto triunfo seguido de Red Bull, algo que no sucedía desde 2013, último año del cuatrienio glorioso que encabezó el alemán Sebastian Vettel. Y desde un año después, con el comienzo de la era híbrida que supuso el nacimiento de su tiranía deportiva, Mercedes nunca había dejado de ganar cuatro carreras seguidas.
Estas dos circunstancias confluyeron el pasado domingo en el Red Bull Ring, por lo que más les vale a las 'flechas de plata' una rápida reacción en Spielberg si no quieren que el Mundial se les empiece a poner cuesta arriba. "Sabíamos que en algún momento la cosa se podría complicar. Pero no arrojamos la toalla", advirtió el austriaco Toto Wolff, jefe de equipo de Mercedes.
Hamilton aspira a capturar un inédito octavo título con el que desempatar el récord histórico que le une desde el año pasado al alemán Michael Schumacher; y, de mano, no quiere llegar a 'su' Gran Premio -el siguiente después de Austria-, en Silverstone (Gran Bretaña), sin opciones, al menos, de recuperar el liderato que perdió en Mónaco.
En Montecarlo fue precisamente donde Carlos Sainz logró, al quedar segundo, el mejor puesto de Ferrari en lo que va de año. El español había llegado a Austria no sin cierta preocupación hace ocho días, después de un mal fin de semana en Francia, donde ni él (undécimo), ni su compañero monegasco Charles Leclerc (decimosexto) entraron en los puntos.
En Spielberg se invirtió lo sucedido en el Paul Ricard; y tras un flojo sábado, llegó un mejor domingo, en el que el piloto madrileño (séptimo en el Mundial, con 50 puntos) avanzó seis puestos -que pudieron haber sido siete de no haber tenido que rodar quince vueltas por detrás de Hamilton, que lo había doblado tras su entrada en boxes- para, después de arrancar duodécimo, acabar sexto. Un puesto por delante de Leclerc.
El otro español, el doble campeón mundial asturiano Fernando Alonso, cada vez más readaptado a una categoría en la que no pilotó durante los pasados dos años, extrajo todo lo que pudo del Alpine para acabar noveno. El mismo puesto en el que había acabado la calificación, en la que niveló la marca de enfrentamientos internos (4-4) con su compañero galo Esteban Ocon.
El Red Bull Ring es una pista de 4.318 metros en la que -al igual que el año pasado, para configurar el complicado calendario del Mundial de la pandemia- se repite prueba. Con características casi idénticas al Gran Premio de Estiria, ya que se volverán a dar 71 vueltas a la pista, para completar 306,5 kilómetros; pero con neumáticos de una gama de compuestos más blanda. En una zona en la que se puede pasar rápidamente de un gran calor a una enorme tormenta; pero donde desde la noche del martes han bajado notoriamente las temperaturas.
Alonso, que por primera vez repetirá carrera en un mismo circuito en su amplia y brillantísima trayectoria en la F1 -y que explicó a Efe que de aquí a final de temporada poco más se puede esperar, ya que todo el mundo está centrado en el año próximo-, opinó tras la pasada carrera que eso era prácticamente lo máximo a lo que podía aspirar; en una pista en la que no vería, por ese motivo, con malos ojos, que el próximo domingo lloviese.
A partir de este viernes, cuando arranquen los entrenamientos libres, se rodará con los compuestos C3 (duro, reconocible por la raya blanca), C4 (medio, raya amarilla) y C5 (blando, roja). Y durante el primer ensayo, el chino Guanyu Zhou, líder de la Fórmula 2 y miembro de la Academia de la escudería francesa, se subirá al Alpine de Alonso.
'Checo', que tiene más que ganada ya una renovación que podría anunciarse más pronto que tarde, buscará el podio en su Gran Premio número 200. Al ganar en Baku igualó los dos triunfos que logró para México el mítico Pedro Rodríguez, que, antes de morir accidentado en 1971 -en las 200 millas de Norisring, en Nüremberg (Alemania)- había ganado los Grandes Premios de Suráfrica, en 1967; y de Bélgica, tres años después. Y en Paul Ricard acompañó en el podio a Verstappen, al acabar tercero.
El pasado domingo, al mexicano le arruinaron la posibilidad de subir al cajón en una mala parada en boxes; aunque al final de la prueba se quedó a muy poco de alcanzar a Bottas. Esta vez, no renunciará a un puesto de honor. 'Checo' apunta, en casa de su escudería, a su decimotercer podio en F1.