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El traslado desde Barcelona a París de Leo Messi y de Turín a Manchester de Cristiano Ronaldo han alborotado el orden establecido del fútbol europeo y su panorama competitivo estimulado ahora con la vuelta de la Liga de Campeones que se aproxima a la normalidad con el regreso del público a sus estadios pero enrarecida por las secuelas de los partidos de selecciones.
Después de casi dos años con el juego y su entorno adaptado a la situación la pelota puede empezar a rodar en condiciones similares a las de antaño, a las que estaban arraigadas en la rutina, que proporcionaban color, aliento, emoción y expectación al espectáculo.
En mayor o menor medida la gente vuelve a los campos y allí adivinará a Messi y también a Sergio Ramos con la camiseta del París Saint Germain o a Cristiano Ronaldo otra vez en el Manchester United en compañía de Raphael Varane tras dejar el Real Madrid. Al inglés Jack Grealish como refuerzo del Manchester City, a Romelu Lukaku en las filas del campeón, el Chelsea, a Memphis Depay como cara nueva del Barcelona y a Antoine Griezmann de nuevo en el Atlético Madrid. Y otros muchos que cambiaron de lado.
Así la Liga de Campeones echa a andar con la vista fijada en San Petersburgo, escenario elegido de la final después de dos intentos frustrados de Estambul, desposeída de su condición de sede por las limitaciones sanitarias por culpa del covid.
Es el Chelsea el rival a batir. El bloque contra las estrellas. La solidez se impuso a la individualidad. El conjunto de Thomas Tuchel, reforzado, asentado, repite como candidato frente la nueva acometida del París Saint Germain, que ha dado una nueva vuelta de tuerca a su presupuesto para invadir de más estrellas su plantel. Messi es la guinda y también la continuidad de Kylian Mbappe y el asentamiento de Neymar. Los nuevos galácticos.
El fútbol español es el más numeroso en la fase de grupos. El triunfo en la Liga Europa del Villarreal elevó a cinco el número de representantes de LaLiga. Uno más que Alemania, Inglaterra e Italia.
El campeón entra en escena el martes, el día que arranca el torneo. Recibe al Zenit San Petersburgo, representante de la ciudad sede de la final el 28 de mayo y que ganó su sitio desde la fase de grupos.
Precisamente, el representante ruso es uno de los afectados por los partidos de las selecciones, por las eliminatorias mundialistas de la Conmebol. La FIFA ha prohibido al Zenit contar con sus brasileños Malcom y Claudinho por no dejarles acudir a la convocatoria de Brasil igual que hicieron los equipos ingleses. Son secuelas del desajuste de fechas en el calendario internacional.
En ese mismo grupo, en Suecia, el Malmoe espera al Juventus, que pretende recomponerse tras el adiós de Cristiano Ronaldo y el lastre de su gris papel en el curso anterior.
Sin embargo, es el duelo del Camp Nou el que más atención demanda este día de estreno. El Bayern Múnich, el equipo que sonrojó con una goleada de escándalo al representante español hace dos temporadas, visita al Barcelona por vez primera desde entonces. Una oportunidad de revancha para el cuadro de Ronald Koeman en busca de la identidad después de la marcha de Messi.
En su mismo grupo se citan en Kiev el Dinamo y el Benfica, dos representantes procedentes de la ronda de clasificación.
Entra en acción Cristiano Ronaldo. El Manchester United, en su regreso a la Liga de Campeones, acude al estadio Wankdorf para jugar con el Young Boys. El astro portugués, máximo anotador del torneo, puede igualar el récord de Iker Casillas como el jugador con más partidos en la Champions.
Su siguiente encuentro será ante el Villarreal que retorna a la máxima competición europea en el partido contra el Atalanta, asentado en el torneo.
Pretende asentarse en la Liga de Campeones el Sevilla, muy reforzado, y que empieza en el Sánchez Pizjuán contra el Salzburgo mientras el Lille, campeón en Francia, espera al Wolfsburgo en el estadio Pierre Mauroy.
La puesta en escena europea de Messi con su nuevo club será el miércoles. El París Saint Germain arranca en el Jan Breydelstadion Belga para jugar con el Club Brujas, el conjunto aparentemente comparsa del Grupo A, uno de los más fuertes que deparó el sorteo.
Y es que en el otro lado, el Manchester City del español Pep Guardiola, actual subcampeón, recibe en el Etihad al Leipzig, que ha perdido identidad con la marcha de su técnico Julian Nagelsman al Bayern Múnich.
El otro cuarteto plagado de alicientes y de cuentas pendientes es el que componen el Atlético Madrid, Liverpool, el Milan y el Oporto. El equipo rojiblanco, campeón español, echa a andar en su campo, contra el representante portugués y con Griezmann de vuelta en el cuadro madrileño.
El Liverpool se reencuentra con el Milan, de regreso a la Liga de Campeones, en una reedición de la final del 2005 en la que los ingleses dirigidos por Rafael Benítez remontaron un 3-0 al cuadro italiano que entrenaba Carlo Ancelotti.
El toque exótico de la Champions lo pone el Sheriff. Por primera vez un club de la Liga Moldava integra la máxima competición europea de clubes. Debuta ante el Shakhtar Donetsk ucraniano, que aunque suele pasar por la ronda previa acostumbra encontrar un espacio en el cartel del evento.
El Real Madrid visita otro año más San Siro para jugar con el Inter igual que el pasado curso. El cuadro español, sin Sergio Ramos ni Raphael Varane, ganó entonces los dos partidos al campeón de la Serie A, debilitado por las marchas de Romelu Lukaku y Achraf.
La primera jornada de la Liga de Campeones se completa con el Grupo C. El Besiktas turco recibe al Borussia Dortmund de Erling Haaland, máximo goleador el pasado año mientras el Sporting portugués juega en su campo contra el Ajax.