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Aunque los números digan que no está bien hay varias voces autorizadas que vaticinan la inminente erupción de un volcán llamado Antoine Griezmann. Primero, su entrenador en el Atlético de Madrid, Diego Simeone, quien dijo hace unos días que no le preocupa el tema. Después, su técnico en la selección francesa, Didier Deschamps. Y por último, Enrique Cerezo, mandamás colchonero.
En las últimas horas el seleccionador galo ha destacado la decisiva participación de Griezmann en Milán, en la Champions, y su papel con Francia: "Sé de lo que es capaz y su papel ha cobrado importancia, es uno de los líderes".
Sólo falta que arranque en goles de rojiblanco para que toda la afición del Atlético se convenza de que este Griezmann que pregonan Deschamps, Cerezo y Simeone es tan real como el de antes de marcharse a Barcelona. "Griezmann es un jugador magnífico y maravilloso. Hay que darle confianza para que vuelva a ser el jugador que fue porque lo puede ser", expresó Cerezo.
"Puede soportar la presión y en Madrid es feliz", recuerda Deschamps a los incrédulos, a los que les vuelve a decir que esto no se trata de algo tan rápido como "chasquear los dedos".
Simeone tampoco exhibe preocupación por la falta de goles de Griezmann y se centra en recuperar la seguridad defensiva por encima de otras cuestiones. Cada vez se oye más ruido dentro del volcán Griezmann.