El contenido disponible en esta sección está restringido para menores de 18 años.
Debe confirmar que tiene más de 18 años para acceder.
Una imagen que jamás olvidará, un día que no podrá borrar. Kieran Trippier, jugador del Atlético de Madrid, consagró su crecimiento futbolístico este pasado sábado con uno de esos momentos que son difíciles de repetir: de ser el chico de Bury, el fichaje de riesgo en el Atleti, a ser el mismísimo capitán de Inglaterra.
Nacido en Bury hace 31 años, Trippier no deja indiferente a nadie. Desde sus inicios, el lateral diestro rojiblanco ha ido, paso a paso, ganándose la confianza de todos sus entrenadores, compañeros y aficionados: Burnley, Tottenham y Atlético de Madrid en la élite, la reserva del City y el Barnsley en segunda línea, pero todos con la misma pasión.
Desde que el poderoso lateral despuntase en las categorías inferiores del City, lo tenía claro. Kieran Trippier quería ser un futbolista de élite, de los que todos admiran. Ahora, tras mucho trabajo, lo puede gritar bien alto.
Su llegada al Atlético de Madrid desde el Tottenham fue una de esas operaciones que no dejó indiferente a nadie. Su rendimiento en la Premier League no ofrecía duda alguna, pero la realidad es que los británicos no rendían en demasía en LaLiga Santander y los más de 20 millones pagados por un tipo que superaba los 28 años parecían ser un riesgo.
Sin embargo, lejos de borrarse, Trippier se consagró en apenas unos meses. Titularísimo para Simeone, únicamente las lesiones y algunos capítulos extradeportivos pusieron en duda su participación. Nadie pudo con él.
Dos fueron los rivales que tuvo en su posición el pasado año, ninguno fue suficiente. Simeone tuvo que tirar incluso de Llorente para asemejar el nivel ofrecido por Trippier, pero nadie daba la talla como él.
Hasta el día de hoy. Trippier ha pasado de ser el chico de Bury, el fuerte lateral, el potente carrilero, el fichaje que nadie sabía si rendiría en el Metropolitano, al mismísimo capitán de Inglaterra.
"Ser capitán de su país es una de mis mejores sensaciones, uno de los momentos de mayor orgullo de mi carrera. Es una sensación indescriptible", decía tras el encuentro el inglés.
El crecimiento de Trippier es innegable. Los datos están presentes.