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Ahora todos dudan de él. Diego Simeone, entrenador y máximo responsable en el área deportiva del Atlético de Madrid, asoma la cabeza y le llueven las críticas. El fútbol no tiene memoria, pero el argentino conoce la receta de la resurrección.
Algunos incluso dudan de él. En mitad de una tormenta que parece dejar todo el agua en el techo del entrenador, el Atlético de Madrid intenta hacer cuentas para seguir en la UEFA Champions League, pero la realidad es que únicamente ganando puede presumir de haberlo hecho todo para pasar.
Para ello tienen al hombre indicado. Así lo dicen los números ya que a pesar de que en los últimos años el equipo rojiblanco ha dejado numerosos sinsabores en la máxima competición europea, si alguien quiere recordar una noche mágica, la mente automáticamente se traslada a Liverpool.
Era difícil, parecía imposible, pero aquél equipo resucitó tras cada golpe hasta firmar una noche épica que, por condiciones, por momento, por gritos y por todo lo que llegó después nadie olvidará.
Ganar LaLiga el pasado año puede ser otro gran ejemplo: el equipo se caía, los resultados no llegaban, pero él convenció a todos, podían ser campeones sí o sí. Y lo consiguieron.
Pero la verdadera resurrección se firmó el día que Simeone llegó al club. Con el equipo prácticamente hundido en la clasificación, el que fuese jugador rojiblanco consiguió darle la vuelta al calcetín y reformó la plantilla para convertirla en campeona, para darle la vuelta a la historia de los derbis y ganar algunos (muchos) títulos en un corto periodo de tiempo.
Si alguien entiende de resurrección es él: Diego Simeone conoce la receta a la perfección.
La virgen se suele aparecer una vez en la vida y al Atleti ya se le apareció en Liverpool