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El RCD Espanyol atraviesa un proceso de caída libre desde que empezó 2022 tras una dolorosa e inesperada derrota contra el Elche CF en LaLiga (1-2) y su eliminación este sábado, en octavos de final de la Copa del Rey a manos del Mallorca (2-1).
No se trata de dos simples partidos. El duelo contra el cuadro ilicitano fue un varapalo triple: los catalanes cedieron su fortaleza como local, cayeron contra un rival en la zona roja de la tabla y perdieron la oportunidad de acercarse a los puestos más golosos de la clasificación de LaLiga Santander.
En cuanto al torneo del KO, los blanquiazules no estuvieron a la altura de lo que se espera del bloque en una Copa que, tradicionalmente, ilusiona a los periquitos. Los de Vicente Moreno fueron a remolque en un duelo gris y sin brillo, algo que el propio vestuario no escondió.
El portero Diego López se mostraba molesto tras el encuentro en Mallorca, analizando tanto la derrota como el momento actual del bloque.
"Con esto no llega. Ni con el último resultado del partido de LaLiga ni con la eliminatoria de octavos. Todo lo que pueda decir no ayudará, pero debemos seguir adelante", confesó.
El inicio del nuevo año del Espanyol contrasta con las buenas sensaciones con las que el cuadro catalán finalizó 2021. El 31 de diciembre, los futbolistas del entrenador Vicente Moreno se tomaron las uvas con un triunfo frente al Valencia (1-2). Era la primera victoria fuera de casa y la ilusión se disparó.
De todos modos, enero parece haber devuelto a los periquitos a la habitual montaña rusa de emociones y altibajos en la clasificación que viven en las últimas temporadas. La posición del Espanyol en la tabla no es preocupante (undécimo, 26 puntos), pero el contraste anímico es contundente.
El calendario no permite tiempo para lamentos. El mes de enero depara partidos contra el Cádiz, este martes, en el Nuevo Mirandilla, y el Betis, en el RCDE Stadium. Sobre el papel, ganar a los gaditanos se perfila, en el delicado momento de los catalanes, como una obligación.