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¡Qué grande, Betis! Chamartín en junio de 1931; el Benito Villamarín en junio de 1977; Balaídos en abril de 1997; y el viejo San Mamés en mayo de 2005. Ahora el Betis añade una nueva fecha de oro a su historia con la Copa del Rey. Marzo de 2022 en el Benito Villamarín. Otra página imborrable que quedará en el recuerdo colectivo de los béticos, la noche en la que el equipo verdiblanco alcanzó su quinta final de la Copa del Rey tras dejar atrás al Rayo Vallecano.
Cinco letras de oro, como cantó Pascual González, las de la palabra Betis. Cinco letras también contiene, ahora que está tan de moda un famoso juego, la palabra final. Esa que los heliopolitanos disputarán el próximo 23 de abril en La Cartuja contra el Valencia y que dispara los corazones de los béticos que sueñan con el tercer título copero. Del sueño a la realidad solo queda un paso, el definitivo. La historia se escribe en el presente.
La noche quedará en la memoria colectiva de los béticos que recordarán que hacían aquel 3 de marzo. Recordarán que no fue fácil pese a la ventaja que el equipo de Manuel Pellegrini traía de Vallecas. Que el Betis de Pellegrini no fue lo vistoso de tantas veces esta temporada y que incluso sufrió cuando Bebé empató a falta de diez minutos. ¡Qué más da!
Porque también recordarán que este Betis siempre tiene la última palabra, la última carta debajo de la manga. La que se sacó Joaquín con un pase mágico que habilitó a Canales para que Borja Iglesias remachara en boca de gol. Historia verdiblanca ese instante, esa jugada que quedará grabada a fuego en un Villamarín que rugió y provocó un temblor en Heliópolis. Mil y unas veces rememoran esa jugada. Apenas unos segundos que ya son históricos.
Ese hambre apareció justo en el momento preciso para levantar una cita de sangre, sudor y lágrimas... de alegría. Las victorias con sufrimiento se disfrutan más, dicen algunos. Aunque seguro que los más de 50.000 béticos que poblaron las gradas hubieran preferido otro desarrollo por el bien de su salud. Lo que no cambian es el desenlace, bendito desenlace, que les llevará a La Cartuja el 23 de abril, en esa mágica fecha en Sevilla que va de la Semana Santa a la Feria.
Con Canales y Fekir partió el Betis en el once inicial. Pese a los problemas físicos de principio de semana de los dos magos, la trascendencia de la cita demandaba la presencia de dos piezas claves del equipo de Manuel Pellegrini. Cinco eran los cambios respecto al derbi. El Ingeniero, que ya anunció que Bravo sería el portero, apostó por Willian José en la delantera.
El duelo arrancó con intensidad. No era para menos con una final en juego. La primera ocasión fue para el Betis con un cabezazo de Juanmi tras centro de Sabaly (5'). Luca Zidane respondió para evitar el gol. Los verdiblancos se habían adueñando de la pelota y la movían con rapidez. El primer acercamiento del Rayo llevó la firma de Isi con un disparo lejano (12').
El encuentro, sin embargo, fue entrando en una fase en la que el Betis perdió cierto control de juego. La pareja formada por Fran García y Álvaro García hacía daño a Sabaly. Precisamente un centro del utrerano fue salvado en un última instancia por Edgar de manera providencial (16'). William Carvalho ponía la calidad en el cuadro bético.
Una internada por la izquierda de Álex Moreno, que entró hasta la cocina, acabó con balón que entre el palo y Zidane evitaron que se convirtiera en gol (35'). El Betis echaba de menos más participación de Canales y Fekir, dos jugadores llamados a desequilibrar que, aunque mostraban destellos de calidad, eran intermitentes hasta el momento. El descanso se alcanzaba con un empate que favorecía a los verdiblancos, aunque ni mucho menos era definitivo. Tampoco las sensaciones.
Con equilibrio de fuerzas se reanudó el partido. Las llegadas se producían en las dos direcciones. Ciss remataba alto (53') y el Villamarín salía en apoyo de los suyos. El Betis replicaba con una contra que acababa con un zurdazo de William Carvalho (57') que en el borde del área rechazaba un defensa. Los verdiblancos se estiraban tras algunos momentos complicados.
El Betis buscaba combinaciones largas, como la que finalizó Canales con un disparo alto (65'). Una jugada similar acabó minutos después con un ajustado disparo de William Carvalho que se fue fuera por poco (69'). Los de Pellegrini empezaban a encontrar fisuras en la intensa presión del Rayo. Fue el caso de un robo de Pezzella que originó una jugada en la que Fekir definió con un inocente remate (72').
Eran minutos de dominio bético. Los heliopolitanos apretaban arropados por su afición. Canales lo intentaba de lejos sin éxito (75'). El Rayo acumulaba delanteros con los cambios. Uno de ellos era Bebé quien marcaba con un derechazo lejano de falta (80'). Un misil que igualaba la eliminatoria. Poco después Joaquín suplía a Juanmi.
Se abría un nuevo partido y Fekir no tardaba en comprenderlo. Un derechazo del francés, despejado con apuros por Zidane, levantó al estadio (82'). Borja Iglesias relevaba a Willian José en la punta del ataque. Quedaba la última palabra de un Betis que nunca se va de los partidos. Un balón al hueco de Joaquín habilitaba a Canales que salvaba a Zidane para que Borja Iglesias remachaba en la línea. Delirio en el Villamarín.
Joaquín, después de un nuevo susto de Bebé, pudo hacer el segundo en un contra que se fue fuera por centímetros. Guardado suplió a Álex Moreno con un Villamarín ya enloquecido. No se movió más el marcador. El Betis volvía a una final 17 años después. Histórico momento de un equipo que lo merecía como su afición.