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Gennaro Gattuso, un técnico de carácter explosivo, recordado por su intensidad como futbolista y su vehemencia en el banquillo, ha sido el elegido por el máximo accionista del Valencia CF, Peter Lim, para entrenar a un equipo que lleva desnortado varias temporadas.
La tarea que tiene por delante el entrenador italiano no es menor y, a priori, su principal éxito consistirá no en conseguir buenos resultados, sino en conformarse con no verse dentro de poco tiempo ninguneado por los dirigentes de la entidad, tal y como ha ocurrido con todos los entrenadores que le han precedido en el cargo.
El Valencia está cada vez más cerca de completar una “década de la marmota”, al llevar ocho años en los que los entrenadores han pasado con una rapidez inusual e independiente de los resultados, a convertirse en un apósito al que nadie en el club prestaba atención, ya que ninguna de sus peticiones eran rechazadas, únicamente resultaban ignoradas.
Con ese guion se ha escrito la historia del paso de sus antecesores más recientes por el Valencia, que empezó con Juan Antonio Pizzi, a quien en 2014, tres meses antes de la llegada de Lim al club, ya le habían mostrado la puerta de salida para dar paso a Nuno Espirito Santo, un técnico aportado por el máximo accionista y por Jorge Mendes, su socio y agente de confianza.
Tras Nuno han pasado del abrazo al ostracismo técnicos como Gary Neville, Pako Ayestarán o Cesare Prandelli, quien decidió marcharse tres meses después de llegar.
Marcelino García Toral, con dos temporadas y un título de Copa del Rey, bate el récord de continuidad en esta etapa, antes de la llegada de Albert Celades, Javi Gracia y José Bordalás, el último en ser expulsado del proyecto.
El próximo será Gattuso, un entrenador de 42 años que completó una dilatada carrera como jugador en la que sus notas más altas le llegaron en el Milan, donde fue un centrocampista de brega, recuperador del balón y sin miedo al cuerpo a cuerpo.
Tras compatibilizar su actividad como jugador y entrenador durante una breve etapa en el Sion suizo, ha dirigido al Palermo, OFI Creta griego, Pisa (con un ascenso), Milan y el Nápoles campeón de la Copa de Italia, antes de una polémica y fugaz etapa en el Fiorentina, en el que no llegó a dirigir ningún encuentro oficial.
Polémico y batallador, fue acusado de “racista, homófobo y machista”, mucho tiempo después de que en 2013, al poco de retirarse como jugador, se hubiera mostrado poco dispuesto a que las mujeres estuvieran en cargos de responsabilidad en el mundo fútbol.
Ahora, el técnico transalpino se presenta convencido de que es, sino una persona polémica, sí al menos intensa. “Discutiría con Gattuso constantemente”, es una afirmación realizada por él mismo fácil de encontrar en las redes sociales.
También es consciente de que la cantera, en la que la propiedad cifra todas sus esperanzas ante la imposibilidad de fichar, “no se hace en un día porque hace falta tiempo y paciencia”.
Asimismo, ha señalado que, para él, el pasado no cuenta y que su propuesta de juego se aleja de la que completó como futbolista, ya que ha reconocido que fue un recuperador de balones y que como entrenador quiere que sus futbolistas jueguen a todo lo contrario. “Nada que ver con lo que yo hacía”, señaló.