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Jugar en casa se ha convertido en un amuleto de la suerte para el Sevilla FC. El equipo hispalense necesitaba de nuevo sumar tres puntos para evitar una situación incómoda en la clasificación y para ello debía vencer al Mallorca.
Sampaoli apostó con un once inusual en el que destacaba la presencia de una defensa de tres junto con los debuts de Gueye y Bryan Gil. De esta forma, el Sevilla tenía muy claro que todo el juego ofensivo se centraba en las bandas y buscar a En-Nesyri. En los primeros compases del partido, el delantero marroquí tuvo dos cabezazos que fueron un preludio del primer tanto local.
Tras un pase milimétrico de Gueye a la espalda de la defensa balear, En-Nesyri controló el balón lo justo para definir por debajo de las piernas de Rajkovic. A pesar de que el Sevilla se había puesto por delante en el marcador, los de Aguirre no mostraron síntoma de crear ocasiones de peligro para empatar el partido. El Mallorca presionaba tímidamente en busca de un fallo de una zaga que parecía haber aprendido de los errores pasados.
El Sevilla convirtió una salida de balón bastante complicada en el segundo tanto local. Jesús Navas comenzó un contraataque perfecto para meter un centro raso para Óliver Torres. Sin embargo, el rechace de la defensa del Mallorca hizo que Bryan Gil rematase a placer para poner el segundo gol antes del descanso.
Ya, en la segunda parte, el Mallorca estuvo obligado a reaccionar y arriesgar más en campo contrario. Aunque lo intentó en numerosas ocasiones a balón parado, Bono no tuvo que hacer grandes actuaciones para evitar el ataque rival.
El Sevilla sumó otra victoria y llevan pleno en sus cuatro últimos partidos en el Ramón Sánchez Pijuán. Los últimos 12 puntos que han sumado ha sido en casa y ya viven en una situación en la que miran más hacia arriba que hacia abajo.