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El Real Valladolid sabía que tenía una tarea más que complicada por delante si quería seguir peleando por salvarse. Un Barcelona ya campeón de liga les visitaba y, sabiendo que en el Camp Nou habían recibido cuatro goles, los hombres de Pezzolano debían superarse. Aunque el Barça había bajado los esfuerzos considerablemente con su condición de campeón y eso podía ser un beneficio para el Valladolid.
Lo que se notó desde el principio es que los locales iban a apretar al máximo para meter presión y acercarse al área de Ter Stegen. Pero lo que no sabían es que, a los dos minutos, se iban a encontrar con un gol en propia puerta fuera de lo común de Christensen. Eso les abrió las posibilidades de la victoria muy pronto y Pezzolano lo sabía, por lo que no se conformó con ese 1-0.
El Real Valladolid estuvo mucho más acertado en el ataque que el Barça. Tanto es así que, en una jugada de ataque, Eric García cometió penalti. Cyle Larin lo transformó en el 2-0 que hizo enloquecer a la grada. El Barça estaba irreconocible y el Valladolid sentía que incluso era capaz de hacer mucho más. Todo le estaba saliendo bien a los locales.
Ya en la segunda mitad, el equipo de Pezzolano siguió con su guion y en el minuto 73, Gonzalo Plata marcó el tercero ante el asombro de toda la grada. El Real Valladolid le había metido tres goles al Barcelona. Un hito que manchó Lewandowski con un gol en el minuto 84, aunque no sirvió de mucho. Esta victoria tan contundente les impulsa en la tabla y, sobre todo, manda un aviso a sus rivales. Ahora son los demás equipos los que están obligados a sumar para no estar por debajo del Valladolid a falta de dos jornadas.