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España estaba a tan solo un paso de convertirse en el combinado nacional más laureado de toda la Eurocopa. Lo único que tenía que hacer era batir a Inglaterra, que había llegado a la final con bastante sufrimiento. El camino de España había sido realmente complicado y los hombres de Luis de la Fuente no estaban dispuestos a tirar por la borda todo el trabajo. Con ese contexto, arrancó el partido. Y lo hizo mostrando a una España que quería tener el balón y la posesión, algo que ya había enseñado en los partidos anteriores.
Con el balón en sus pies, los españoles tuvieron serias ocasiones de gol que no pudieron aprovechar. Inglaterra sabía que tenía que esperar y su ataque era bastante vertical. La Selección Española, en cambio, elaboraba la jugada cambiando de banda y aprovechando la velocidad de Lamine Yamal y Nico Williams. Aun así, el marcador no se movió en toda la primera mitad.
Pero España salió a la segunda parte con mucha más motivación si cabe. De hecho, tan solo dos minutos tuvieron que pasar para que Nico Williams marcara el primer gol de la noche. Una jugada que se inició con un gran pase de Carvajal y otra buena asistencia de Lamine.
En vista de la superioridad de España, que pudo reflejarse mucho más en el resultado, Southgate movió ficha. Sacó a Cole Palmer en sustitución de Mainoo y el cambio surtió efecto tres minutos después. El propio Palmer marcó un gran gol que animó a la grada inglesa. El partido parecía entonces camino de la prórroga.
No obstante, a cuatro minutos del final, Cucurella y Oyarzabal se fabricaron una jugada que el delantero de la Real Sociedad culminó con el gol más importante de España. Un gol que valió una Eurocopa y que devolvió a los españoles la gloria en este torneo 12 años después.