Cuesta acostumbrarse a no ver a Carlos Cabezas con la camiseta verde con el número 10 del Unicaja. Dentro de poco hará 10 años de su debut oficial con el primer equipo. Pero no los cumplirá en Málaga. Los hará en Moscú, con su nuevo equipo, el Khimki. El próximo domingo, tras hacer mañana el saque de honor en el Málaga-Barcelona como flamante campeón de Europa, se incorporará a la disciplina del equipo ruso, que realizará una concentración de una semana en Estepona.
Antes, Carlos Cabezas se pasó ayer por el Carpena por la sesión de trabajo del equipo de su vida. En su despedida de Málaga se echó de menos a algún representante del club. Pasada la tensión de aquel momento, normalidad y nada de rencores. El base malagueño saludó uno a uno a los viejos compañeros y a los nuevos jugadores cajistas (a Rubio y Blanco ya los conocía de este verano en la selección española), así como a todos los miembros del club. En la imagen, se le ve departiendo amigablemente con el segundo entrenador, Quim Costa, y el director deportivo, Juanma Rodríguez. Fue su despedida de su otra familia hasta nueva ocasión. Quién sabe hasta cuándo.