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Del Carpena ¿al Staples Center?

Estuvo apenas un año en Málaga, pero tras de sí dejó un rastro de bonhomía y cordialidad. Pocas malas palabras se podrán escuchar de Thomas Kelati

(Walla Walla, Estados Unidos, 1982), que quizá aterrizó en el Unicaja en un momento demasiado complicado de su vida. Amagó con ser el killer que buscaba el equipo desde la línea exterior en una pretemporada muy ilusionante. Pero después sólo ofreció ramalazos discontinuos de su calidad. Por ejemplo, en la gran victoria en el Nokia Arena de Tel Aviv, otro buen partido en el Buesa Arena o el día en el que igualó el récord de triples (nueve) en un encuentro de la Euroliga moderna ante el Virtus Roma. Quizá le falta también un punto de explosividad, de capacidad atlética para desbordar a sus defensores. Es el físico de fondista y devorakilómetros que le da su origen en Eritrea, el África del Este, de donde emigraron sus padres en plena Guerra Civil para asentarse en Estados Unidos, donde ya nacería Thomas. 
Kelati padeció una dura situación personal con la enfermedad degenerativa que atravesaba su madre, a la que estaba muy vinculado. Eso le descentó y llevó a que Aíto le sacara de la rotación, como en la final de Copa ante el Tau, cuando no jugó un solo minuto. Se especuló con su cambio por otro jugador, relevo que no llegó. Pero no volvió a ser el jugador que apuntaba a finales de 2008. El pasaporte polaco que obtuvo en abril al casarse con su novia, con la que tiene una niña, aumentaba su cotización y le convertía en un jugador interesante, pero el Unicaja optó por no prolongar el compromiso en vista de su pobre rendimiento en los últimos meses. 
No ha sido el pasado un verano sencillo para Thomas Kelati. Su madre falleció. Después, fue contratado por el poderoso Olympiacos, que semanas más tarde desechó su fichaje alegando unos problemas en una rodilla. El motivo es que prefería el fichaje de Von Wafer, que llegaba desde los Rockets. Kelati bajó al fango de los campus de entrenamiento de las franquicias de la NBA, donde conviven desde jóvenes sedientes de gloria a veteranos buscando su última oportunidad en la mejor liga del mundo. Según afirmaba el propio jugador hace unos días en la red social Facebook, estaba a sólo unos trámites médicos de firmar un contrato temporal, algo muy típico en las pretemporadas estadounidenses, con los Lakers, franquicia con la que ya había jugado pasadas ligas de verano. La buena noticia se confirmó y aquí está el testimonio gráfico. Firmó sin contrato garantizado durante la temporada, pero sl sueño continúa. Quizá después de la desgracia, Kelati puede encontrar el premio de jugar en el equipo del púrpura y oro, el campeón de la NBA, al lado de Kobe Bryant y Pau Gasol. Sería un salto fabuloso, desde el Carpena al Staples Center.
 

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