El Unicaja se ve en el andén de Alicante ante su último tren de la temporada. La ACB es lo que le queda al equipo de Aíto García Reneses para sentirse vivos esta temporada, para no terminar de hundirse en la mediocridad. El objetivo, ya lo ha dicho Carlos Jiménez, es buscar la mejor plaza de playoff posible para que el título de Liga sea un sueño que dure más de un día. Aquello, claro está, hay que ganárselo. Empezando por partidos como el del Meridiano (12.30 horas), que tal y como se ha puesto la cosa, puede suponer una exigencia mayúscula para el Unicaja. No se puede permitir licencias el conjunto verde, que se siente más tranquilo lejos de Málaga, pero debe ganarse el crédito que ya no le da su afición cada vez que salte a la cancha. Lo hizo, por ejemplo, en el encuentro con el que cerró la Euroliga, demostrando dignidad a pesar de estar ya fuera de la competición y arrasando al Prokom en Polonia.
Ahí, por cierto, volvió a mostrarse el mejor Berni Rodríguez, necesario capitán para un Unicaja que busca nuevos hombros para sujetar su carga. Cook, Jiménez y los grandullones Archibald y Freeland son su columna vertebral. Lo que pasa es que a veces le falta el resto del cuerpo.
