Freire entusiasma

La plaga de lesiones en el Unicaja ha tenido una veta positiva en la irrupción de jóvenes valores de la cantera. Algunos quizá aparecerán de manera fugaz, pero Rafael Freire Luz ha llegado para quedarse, ha dicho sobre la pista que no piensa desaprovechar la oportunidad que se ha la brindado. El Unicaja descartó recuperar a Cabezas pese a los problemas de McIntyre y una de las razones, quizá la principal, responde al nombre de Freire. 18 años y un hambre inusitada, una ambición contagiosa. "Así es el baloncesto. Las oportunidades vienen y hay que aprovecharlas a tope, no las puedes desperdiciar. Yo no sé si voy a jugar el partido siguiente, así que cada minuto tengo que aprovecharlo y darlo todo", asegura el jugador con aplastante lógica.
"Su familia está en Brasil. Su padre, entrenador, y sus dos hermanas, jugadoras de élite e internacionales por el país suramericano, le dan consejos y siguen sus partidos por internet desde Sao Paulo. "Primero me dan ánimos cuando no jugaba tanto y ahora, cuando juego bien, me dicen las cosas malas sólo y no las buenas, es lo malo de tener un padre entrenador", bromea el base, aunque sostenga que su posición preferida sea la de escolta: "Hay veces que toca más organizar y otros jugar de escolta. Yo la verdad es que prefiero jugar de escolta, pero si toca de base, a tope hasta el final". 
Freire sigue yendo al instituto en horario nocturno tras los entrenamientos, siguiendo las indicaciones de Aíto. "Tengo que seguir al entrenador porque él es el que sabe, cada día sigo haciendo lo mismo pero mejor", remata el que el Carpena ha señalado como un nuevo referente. Sólo hay que ver la ovación que le dedicó cuando fue cambiado tras destrozar al Cajasol.