No se le esperaba aún, no al menos a este nivel, pero Roderick Blakney apareció en Bamberg como un ángel para el Unicaja. Menos de una semana después de su llegada, el base norteamericano dio la razón momentánea el club por su contratación. Templó y mandó, lo que no hicieron Panchi Barrera y Rafa Freire (-10 conjunto de valoración). Dio la tranquilidad necesaria al equipo, la sabiduría en la lectura del juego y una buena dosis de responsabilidad a la hora de lanzar a canastar y arriesgar certeramente en el pase (11 puntos con un solo fallo y cuatro asistencias). Más allá de las cifras, la sensación de que puede aportar cosas interesantes en sus, al menos, dos meses de contrato. Es pronto para valorarlo, sólo ha jugado un partido de verdad, pero el club tiene margen para prolongar el compromiso. Las sensaciones, en cualquier caso, resultaron inmejorables. Aíto se lo reconoció tras el partido: "Ha demostrado claramente su calidad".
