Si alguno se había venido arriba con las dos victorias y el día de descanso, los jugadores del Unicaja se encontraron este lunes con la dura realidad. Los cinco días de margen entre dos partidos, periodo inusual en plena competición, permiten apretar las clavijas en el apartado físico. El preparador encargado de la parcela, Enri Salinas, dispuso por la mañana series de carrera, trabajo cardiovascular y más tarde una ración de pesas. Por la tarde, segundo plato en forma de táctica. La plantilla se ha ejercitado a buen ritmo, incluido Freeland, con un dedo tocado tras el partido ante el Menorca Basquet. Confianza, buenas caras, pero recordatorio de lo que viene por delante. Lo primero, el Charleroi de Gomis y Santiago este jueves.