Crespo justificó la decisión de poner fin al vínculo Abrines-Unicaja. "No tengo quejas del Unicaja, el jugador tenía un año más de contrato, pero me han obligado a hacer esto. Tuvimos una reunión y me dijeron que querían ampliar. Les planteé que el contrato fuese renovado en noviembre o diciembre y ellos no estaban dispuestos. Ante ello no me ha quedado otro remedio", explicó el agente, que no quiso pronunciarse sobre el futuro del prometedor escolta: "Su futuro está aún por decidir".
La réplica del Unicaja llegó de parte del presidente, Eduardo García. "Hace tiempo hicimos una oferta para ampliar su contrato al menos por dos o tres años mas, algo que no ha tenido respuesta. Por lo visto, no se ha encontrado cómodo y ha pedido la rescisión de su contrato en base a las cláusulas que tiene en su contrato. Ha sido una decisión unilateral del jugador y del agente, se ha autoexcluido, no es una situación forzada por nosotros”, comentó el máximo dirigente de la entidad de Los Guindos, que dejó entrever que el Barcelona está detrás: "Esto nos pone en una tesitura no amigable. El Barcelona no se ha puesto en contacto con nosotros porque entendemos que había una parte del Barça que conocía situación y otra que no".
Ahora club y jugador se verán las caras los tribunales. En Los Guindos creen que la ley les asiste para pelear por la propiedad del jugador o, en su defecto, por obtener una mayor compensación económica por su salida. "No lo vamos a dejar en el aire. Lo llevaremos con sigilo pero sin dejarle ni un ápice de estudio y de trabajo. La ACB nos ha comunicado nuestros derechos, lo que viene en el contrato y el derecho de tanteo, que nos asiste. Vamos a ir a por todas, es nuestra obligación. Nuestros letrados están trabajando en el asunto y actuaremos en consecuencia", explicó Eduardo García. Por contra, el agente Abrines considera que no hay motivo para pagar más que los 300.000 euros de su clásula: "La cuestión economica es de los abogados. El contrato es de LEB".