La cláusula de salida de su contrato era de 300.000 euros, siempre y cuando se considerase a Abrines jugador de cantera y no del primer equipo. En el caso de que Abrines fuese considerado jugador del primer equipo, el precio de su libertad se situaría por encima de los 600.000 euros. Y ahí es donde el Unicaja cree haber encontrado una vía para dificultar el adiós del prometedor escolta mallorquín.
Abrines ha completado buena parte de la temporada con el primer equipo y Unicaja pretende hacer valer esa condición de jugador de la primera plantilla para aumentar la contraprestación a obtener. Es cierto que Abrines ha jugado con ficha de jugador vinculado, es decir, de LEB. Pero Unicaja asegura que ha recibido los bonos recogidos en su contrato por alcanzar el primer equipo y se agarra a ese argumento. El club verde está dispuesto a apurar todas sus opciones y litigará hasta el final para tratar de imponer su postura.
Además del asunto de la cláusula, el Unicaja también cuenta con la opción del derecho de tanteo. Según las conversaciones mantenidas por el club con la Liga, aún mantendría esa posibilidad. Abrines oposita a protagonista de uno de los grandes culebrones del verano.