"Aparte del tema técnico, la suerte no nos ha acompañado en esas canastas debajo del aro, bandejas y tiros libres. Luego ha sido una montaña y psicológicamente muy difícil. El equipo ha luchado y ha hecho el esfuerzo, pero ellos han metido tiros importantes y esos detalles en una final son importantes", ha explicado el técnico. Katsikaris ha confesado que después de la dura derrota encajada en el Spiroudome se sienten "muy mal", sobre todo por esos 2.000 aficionados que se han desplazado hasta Bélgica y los miles que han seguido la final desde Bizkaia.
"Estábamos tan cerca y había tanta ilusión que nos sentimos muy mal. Tenemos la mejor afición del mundo y le agradecemos mucho ese apoyo, de corazón", ha concluido el técnico griego.