Una 'empanada' gallega se lleva por delante los hitos de Alex Mumbrú (89-81)

No se sabe si por no ir a la Copa, por la llegada del dinero, o porque sí, pero la nefasta puesta en escena del Bilbao Basket le ha costado la derrota en Santiago ante Obradoiro (89-81). Pese a sus molestias en la rodilla la exhibición de Mumbrú, que hizo su plusmarca con 33 puntos y ya es el segundo anotador histórico del club, no ha servido para nada.

El catalán ha forzado su articulación dañada soltando un partidazo desgraciadamente baldío a efectos clasificatorios. Alex firmaba 5/10 en triples, un 27 de valoración y se ha ido a los 603 triples anotados en ACB. Pero la caraja con la que salió el equipo a la cancha al inicio ha sido irremontable. Y eso que se ha estado cerca. Porque tras estar 17 abajo se llegó a poner el duelo en un apretado 77-75 que sin embargo no dio de sí el fruto esperado.
Y es que no estuvo cómodo el BB en la cancha compostelana. Desde el primer instante el cuadro gallego se hizo con el tempo del partido ante unos hombres de negro sin la chispa adecuada para hacer frente a un rival en estado de gracia, superior en el rebote y con el acierto necesario para anotar con facilidad. 
Rápidamente tomaron ventaja los gallegos, solo Raül y Alex Mumbrú eran los muros que sostenían los bilbaínos en una mañana de desaparición croata masiva. Parecía que se podría llegar incluso con poca desventaja al final del primer cuarto, pero todo lo que podía pasar mal en la última jugada salió peor. Una antideportiva con canasta recibida y triple sobre la bocina cerró 26-16. 
Esa acción dio alas a los locales que bajo el amparo de su afición marcaba un parcial de 9-0 que parecía romper el partido mediado el segundo acto (44-26). Tras el pertinente tiempo muerto, los de Rafa Pueyo reaccionaron marcando un parcial de 0-8 que les devolvía al partido y dejaba el resultado al descanso en un asumible 46-34. 
Mumbrú anotaba su triple 600 en Liga Endesa para bajar de la psicológica barrera de los 10 (46-37), pero el cuadro local no le perdía la cara al partido marcando nuevamente una importante renta de 54-47. Entonces Obradoiro se marchaba casi definitivamente al aprovechar una técnica al banquillo bilbaíno: 69-52. 
Lograron mantener el tipo los visitantes para alcanzar el final del tercer cuarto con 71-62. Aún quedaban 10 minutos en los que Alex Mumbrú empujaba a sus tropas. El alero barcelonés hizo un esfuerzo titánico para llevar al Bilbao Basket hasta colocarse con 77-75.
Pero la victoria se iba a quedar en casa por detalles como los tiros libres fallados, alguna falta que se fue al limbo y, por supuesto, el acierto del rival. Una pena, o mejor dicho, un desperdicio.