Y es que la esperanza nunca se pierde. La de los basket lovers de Bizkaia desde luego es a prueba de tsunamis. Pese a las noticias y los disgustos la afición quería aferrarse a las mínimas opciones que se oían de "resquicios jurídicos", de "errores de procedimiento" o de "tirar por la vía ordinaria"... Pero en general los sentimientos de dolor, tristeza y hasta cabreo, mucho cabreo, predominaban en el ambiente.
Algunos hablaban de culpables, de gestores y de políticos, de agravios comparativos con ciudades como Valladolid o Manresa, de las ganas de la ACB de liquidar Bilbao, o incluso del Athletic,... pero en general había incredulidad viendo como un proyecto con finales europeas y una liguera en ACB "se ha podido dejar morir con esta agonía". El mausoleo salvo que llegue el milagro, que también se esperó vanamente con el mítico Caja Bilbao, sería ese pabellón de Miribilla, ese Bilbao Arena que ahora puede ser como la ciudad de Prypiat. La urbe muerta construida junto a Chernobyl. Que pena acabar así... ¿Para siempre tal vez?