Málaga se rinde ante Suárez

El abrazo infinito de Fran Vázquez y Carlos Suárez cuando acabó todo dice más que mil verbos que podamos poner para adornarlo. Ambos reflejan el espíritu de este Unicaja. Pero el gallego es 'uno di moi', así que nos detenemos en el madrileño, que se ha metido a Málaga en el bolsillo por derecho. Su físico le ha limitado y ha impedido que haga una carrera más brillante, pero eso también -entre comillas o no- le trajo aquí. Y gracias. Todo el Carpena entiende por qué Plaza dijo en su día que se lo llevaría a cualquier equipo que entrenase.

Si el miércoles se pidió un sitio para él con España, hoy ha retumbado con más potencia todavía ese "¡Suárez, Selección! ¡Suárez, Selección!". Y con toda la razón del mundo. Nueva lección de baloncesto del alero. Y sin necesidad de sustentar su excelencia en la anotación. 21 de valoración, 8 puntos, 12 rebotes y 5 faltas recibidas. Otra vez el mejor valorado...
Pero no eso, es el carácter, cómo entiende el juego, cómo lo lee durante el partido cuando todos están a 200 latidos por segundo... Como si fuese un gladiador victorioso y el Carpena su coliseo, no sólo se le premió tras el partido, cada vez que Plaza lo sentaba, el Palacio multiplicaba sus decibelios. Casi se mata intentando salvar un balón, encendió más aún a la afición con sus gestos, jaleando a un público que muere con él.
Tras el partido, Suárez ya sube su nivel de ambición. Quiere la final: "El Barcelona es un grandísimo equipo. Sabíamos que iba a ser difícil pero lo hemos sacado, ¿por qué no podemos eliminar al rival tras empatar el 2-0? Llegamos tocados pero hay que olvidarlo, el cansancio también es psicológico".