En estos primeros compases de la pretemporada, la plantilla del Unicaja se divide para realizar distintas pruebas, desde las cardiológicas (este lunes Fran Vázquez), las que se producen en el Centro Andaluz del Deporte a hacer la prueba de esfuerzo (Edwin Jackson y Dani Díez) o en el Carpena (el resto), donde hay diseñado un circuito de pruebas física y un poco de ejercicio de acondicionamiento.
Las pruebas físicas de este inicio del trabajo son muy pormenorizadas e incluyen un estudio de la carrera, de las posturas, del movimiento, de déficit musculares o de movilidad del tobillo, por ejemplo. También se controla la capacidad de estabilidad dinámica y se les realiza un estudio de osteopatía, una cineantropometría y medición del peso para acumular datos que permitan intentar mejorar los déficits detectados, poder actuar de forma más efectiva en caso de lesión y ayudar a prevenirlas. El nuevo preparador físico, Diego Vázquez, los fisioterapeutas (Mario Bárbara y María López), el nutricionista (Paco Jaime) y el doctor José Nogales supervisaban todo.
Un detalle significativo ha sido el buen estado de forma en que ha llegado Will Thomas, visiblemente más estilizado que cuando aterrizó el verano pasado, síntoma de que ha trabajado durante el verano en su Baltimore natal. Es generalizado ese buen estado. En estos primeros días se van a realizar estos tests y a partir del jueves se alternará el trabajo de preparación física con el trabajo con balón, sólo por las mañanas. A partir de la próxima semana habrá doble sesión de trabajo físico y táctico y después llegarán los partidos. Cuando los internacionales se vayan incorporando irán haciendo una adaptación escalonada al trabajo del equipo.