La plana mayor del Unicaja está este martes en la sede de la ACB, en Barcelona, donde se celebra una Asamblea Ordinaria y otra Extraordinaria. Allí se tratará el contrato televisivo, el presupuesto del año venidero, la Comisión Delegada y, en el turno extraordinario, el asunto de la Euroliga.
Quizá algo tarde, pero el Unicaja expresó el pasado viernes su opinión sobre la decisión de la Euroliga de prescindir del equipo malagueño para su futuro inmediato. Blindó a sus 11 socios, club del que el Unicaja salió el pasado abril y semicerró la competición. En esa misiva, el Unicaja dejaba la puerta y asegura que el "club está estudiando todas las opciones que se abren en el nuevo panorama del baloncesto europeo, para tomar el mejor camino para la continuidad de su proyecto deportivo con la misma capacidad y la misma ambición".
Sin mención directa, se aludía a la FIBA y su Basketball Champions League. La Opinión va más allá y publica que el Unicaja ha decidido dar el paso de dejar la Euroliga y comprometerse con la FIBA si ésta le garantiza una licencia permanente y mantiene el reparto económico que ideó, basado en 30 millones para los 16 clubes participantes. De hecho, la Euroliga toma prácticamente al completo el formato propuesto por la FIBA. Acota la fase previa y hay un número mayor de equipos fijos. No obstante, la FIBA no ha dicho su última palabra y presionará con las ventanas de selecciones, que arrebatarían a los jugadores en mitad de la temporada.
En una semana en la que viene el Maccabi y se intenta llenar el Carpena como acto reivindicativo ante la Euroliga, el futuro del club también se está cociendo en los despachos.