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12 hombres sin piedad (89-59)

Hendrix fue clave ante el Estudiantes.
ElDesmarque

El Unicaja abusa del Estudiantes. No se puede decir mucho más del partido. No tuvo ninguna piedad de rival, al que machacó por 89-59. Llegó a tener 35 puntos de ventaja sobre los madrileños. Una buena manera de cortar la serie de derrotas en ACB y ponerse 4-4 después de ocho jornadas. Después de certificar el pase al Top-16, toca hacer lo propio con la Copa del Rey.

Empezar con un toma y daca es casi norma habitual del Unicaja. Un arranque clásico en el Carpena, con el equipo de Plaza midiendo al Estudiantes, que cuando corría parecía interesante, pero que terminó diluyéndose desde el primer cuarto, que terminó con diez puntos de ventaja para los malagueños (23-13).
Era el rebote, sobre todo, donde se fraguaba la diferencia. Aunque tuvo un amago de meterse en el partido (25-20). Un espejismo. Porque si se esperaba que el Estu amenazase por dentro, Richard Hendrix dio una 'master-class' del oficio de pívot. Pero lo que terminó de machacar a los del Ramiro fue la impecable racha de triples del Unicaja.
El mismo Hendrix, Smith, Díaz y Germán pusieron el 43-25 con el que se llegó al descanso, además arrancó la segunda mitad con otro de Markovic (46-25), que empezó a anotar y a asistir con facilidad. El serbio lideró en defensa y ataque al Unicaja (53-28), que parecía que tenía el partido más que resuelto. Y tanto que lo estaba. Los malagueños martillearon sin piedad a su rival y llegaron a tener más de 30 de ventaja (65-34). Una canasta de Nacho Martín dejó el 65-36 a diez minutos del final.
El último cuarto ya no tenía sentido. Era un abuso por parte de los locales ante un Estudiantes que se entiende perfectamente que vaya 1-7 en la clasificación. 71-36 y ocho minutos por delante... Aunque no quiso rendirse el cuadro colegial. Tenía la paliza asumida, pero quería demostrar que tenía sangre en las venas. Les valía a ellos para lo suyo. El Unicaja, por su parte, ya estaba en otra película. Anotaba casi por inercia, pero también se dejaba llevar.
Aprovechó el Estu para rebajar el tanteador del 77-44 al 77-51. Sin embargo, como decíamos, había tal inercia que el Unicaja anotaba cuando quería (84-54). Al final la diferencia quedó en 30 puntos, que fue lo que se vio realmente en un equipo verde en el que estuvo repartida la anotación. Todos sumaron, incluidos Germán y Díaz, el 11 y el 12. Gabriel, por cierto, se llevó una ovación después de jugar más que posiblemente sus últimos minutos con la camiseta del Unicaja. Un grande.

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