El Unicaja anda buscando la felicidad perdida en su oasis particular de esta temporada: la Euroliga. No es que siempre gane o satisfaga su juego, pero es donde mejor le están saliendo las cosas, donde se siente fuerte y poderoso. A ver si tras el fracaso de no ir a la Copa es capaz de mantener ese rumbo. Llega un rival clásico de la competición y que cuenta en sus filas con Jayson Granger, que volverá a pisar el Carpena (20:00 horas).
Será la primera vez que el uruguayo se mida al Unicaja después de un tiempo maravilloso vestido de verde. Prefirió el dinero otomano a quedarse, estaba en su derecho. Pero en Málaga no se ha superado su ausencia. Había la esperanza de que, de algún modo, Nedovic lograse minimizar la nostalgia. Sin embargo la realidad es que el serbio es uno de los últimos de la rotación, está por detrás como base de Alberto Díaz y el club hasta fichó a otro uno ante la lesión de Markovic.
Pero lo del uruguayo no es cuestión de tangibles, que también, era su carácter, su liderazgo, su hambre... Muchas de las cosas de las que carece un Unicaja que a menudo luce pecho frío. Pero no hay tiempo para amiguismos y 'yoyalodije' porque la competición no te espera. Y aunque no sea lo mismo, llegar al Top-8 podría mitigar algo del dolor de no estar en A Coruña este febrero.
Hay que recordar que el Unicaja viene de perder dos partidos que pudo (y debió) ganar ante el Estrella Roja y el Real Madrid. No puede permitirse convertirlo en dinámica. Será clave una vez más el factor Carpena. Porque, pese a todo, pese a la desazón de no poder estar en la Copa, la afición sabe que la vida sigue y que no puede dejar de apretar a base de garganta.